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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Nacionales - 29-04-2015 / 09:04
EMPACHADA CON SALCHICHAS

Cristina Fernández: "No tengo cuentas ni empresas que me descubran"

Cristina Fernández:
Hacer este tipo de anuncios presidenciales sólo puede ser producto de un estado de intoxicación, tal vez causado por la ingesta en exceso de las mismas salchichas que tanto elogió Cristina, o por una decisión deliberada de querer tapar el mar con una escoba. Lo lamentable es que, junto a CFK, estaba Scioli, intendentes y demás funcionarios que festejaron como si fuesen autómatas cada una de las afirmaciones de la Presidenta que no resisten el menor análisis y son un atentado al más elemental sentido común.
 Tras el silencio post-derrota porteña, Cristina Fernández reapareció en cadena nacional (la 14º en lo que va de 2015) sin decir una palabra de los comicios. Una frase de Cristina quedó resonando. "No tengo cuentas ni empresas que me descubran", dijo. ¿Fallido? ¿La traicionó el inconsciente? ¿Las tiene bien escondidas?
 
Sin sonrojarse, la Presidenta se jactó de no tener ninguna cuenta bancaria en el exterior, en relación a las investigaciones judiciales que están realizando los fondos buitres. Ahora bien, Cristina nunca pudo justificar cómo hicieron ella y Néstor para aumentar su patrimonio, en más de un 1000%, desde el 25 de mayo de 2003.  Cristina atribuyó su fortuna por haber sido "una abogada exitosa", cuando nunca ejerció la profesión y ni siquiera se habría matriculado como letrada.
 
También anunció, como un "logro de su gestión", que "hay más argentinos que comemos salchichas". "Es sencilla la cuenta: hay más argentinos que comen salchichas y jamón", fue el diagnóstico que realizó Cristina para intentar hacernos creer que en la Argentina se vive como en Suiza, Suecia o Noruega donde la pobreza, la miseria y el desempleo no existen.
 
Cuando la recesión generada por la política económica del cristinismo produjo la eliminación de medio millón de puestos de empleo en el último año, Cristina anunció, con bombos y platillos -y los aplausos de la militancia rentada K- que la cadena brasileña BRF-Quickfood había decidido incorporar 60 trabajadores, que serán destinados a elaborar las salchichas y los fiambres que tanto le gustan a CFK.
 
Los dichos de la Presidenta demuestran su fracaso: mientras en los últimos años cerraron más de 150 frigoríficos de capitales nacionales a lo largo y ancho del país (por las trabas para exportar y la pérdida de competitividad), dejando en la calle a más de 17 mil trabajadores, las industrias alimenticias que se mantienen en pie son de capitales extranjeros.
 
Todo esto en un país que supo ser el granero del mundo y tiene un potencial para darle de comer a más de 400 millones de personas. En ese contexto, si a ese potencial le aplicáramos avances científicos y tecnológicos, el país podría retornar la senda que conduce a tener una economía con valor agregado, trabajo genuino y desarrollo.
 
La irrealidad adquirió su máxima expresión ayer cuando, Cristina inauguró dos hornos para incinerar los estupefacientes que son secuestrados por las fuerza de seguridad. Se pareció a un chiste de mal gusto ya que el cristinismo pasará a la historia por haber sido el gobierno que liberó las fronteras y los puertos del país para que los narcotraficantes se instalaran en nuestro territorio, envenenando y condenando a toda una generación de argentinos.
 
Hacer este tipo de anuncios sólo puede ser producto de un estado de intoxicación, tal vez causado por la ingesta en exceso de las mismas salchichas que tanto elogió Cristina, o por una decisión deliberada de querer parar el mar con una escoba. Lo lamentable es que, junto a CFK, estaba Scioli, intendentes y demás funcionarios que festejaron como si fuesen autómatas cada una de las afirmaciones de la Presidenta que no resisten el menor análisis y son un atentado al más elemental sentido común.
 
La Opinión Popular

EN FOCO
 
Humo para ocultar el papelón electoral
 
Hizo falta otra cadena nacional de Cristina Fernández para que el kirchnerismo pudiera dejar atrás -o al menos intentara- el papelón por la derrota electoral en las primarias de Capital.
 
El lunes, un eterno paréntesis para ellos, se habló casi tanto en el mundillo político y en las redes sociales de la victoria del PRO y la consolidación de Mauricio Macri como de esa celebración esperpéntica e inexplicable organizada cerca del Obelisco por La Cámpora.
 
¿Se refirió la Presidenta a aquella caída del domingo? Ni la mencionó. Pero colocó sobre la escena toda la batería argumental de esta época que, por los resultados a la vista, parece ir perdiendo consistencia y vigor.
 
-     Describió el actual progreso argentino, por ejemplo, a partir de que muchos argentinos consumirían ahora más salchichas y jamón.
-     Responsabilizó a los fondos buitre por todas las denuncias de corrupción en su contra. También por las que envuelven a funcionarios del Gobierno.
-     Arremetió contra la Corte Suprema, después de que la semana pasada los cuatro jueces declararan sin validez la designación de un listado de conjueces que los K hicieron sin respetar los mecanismos de la Constitución. Omitiendo los dos tercios necesarios.
 
Para concretar esa acción, la mandataria no tuvo más remedio que violar los habituales ninguneos sobre la inseguridad y el narcotráfico. Ordenó también al ministro Axel Kicillof a concurrir a la Asamblea Anual Ordinaria del Grupo Clarín, en representación del Estado. Cartón lleno.
 
Si se calibrara adecuadamente el contenido de la agenda que desparramó Cristina en un rato, en un modesto acto en San Martín, podría arribarse a un par de conclusiones: que el fracaso electoral dolió mucho más de lo que enmascararon las celebraciones; que el kirchnerismo carece de algún escudo político protector cuando la Presidenta desaparece.
 
Todo lo que ocurrió ese anochecer del domingo tampoco respondió a un infortunio casual. Menos todavía la presencia de los presidenciables: como soldados conscriptos desfilaron Daniel Scioli, Florencio Randazzo y Sergio Urribarri, entre otros. El rostro del gobernador de Buenos Aires siempre transmite la incomodidad con mayor transparencia que los demás.
 
Aquel lote de candidatos, al final, debió hacerse cargo de una pésima estrategia para la campaña en Capital, de la cual fueron en esencia responsables la Presidenta y su hijo, Máximo. En especial, por la nominación de Mariano Recalde como el candidato visible.
 
Si había algo desaconsejable para pretender seducir a los porteños fue el encumbramiento de un dirigente de La Cámpora. Que, por otra parte, figura en las antípodas del estilo y la personalidad de Daniel Filmus. El sociólogo, ahora devenido en secretario de Asuntos Relativos a Malvinas, fue cosechador de derrotas en la Ciudad pero siempre garantizó un piso aproximado por encima de los 22 puntos.
 
Recalde, con otras seis listas colectoras, ni se aproximó a tal guarismo. Filmus acostumbró además a exhibir un tono de equilibrio. Recalde cae con frecuencia en la onda de arrabal. Las dificultades no concluirían allí: su patrimonio de los últimos años permanece bajo la lupa judicial, tras una denuncia de la legisladora Graciela Ocaña.
 
Cristina y Máximo se empecinaron porque quisieron contraponer a Recalde con el latiguillo de la gestión macrista, el cual Horacio Rodríguez Larreta recita como la Biblia. El camporista administra Aerolíneas Argentinas. Pero más allá de los millones que gasta en la promoción de las presuntas virtudes de la empresa su administración es muy floja, con erogaciones difíciles de justificar.
 
En el fondo de ese fracaso habría otras dos razones estructurales. La Cámpora es la única herramienta en la que confía Cristina. Pero no resulta competitiva. Se apreció también en Santa Fe y Mendoza.
 
Para colmo, la Presidenta tampoco ha demostrado un olfato fino para la unción de representantes. Fuera de La Cámpora, alguna vez apostó por Amado Boudou para la vicepresidencia o Gabriel Mariotto para la vicegobernación de Buenos Aires. Así le fue.
 
Esa falta de puntería, en verdad, sería una tranquilidad para Scioli. Hoy no avizora ninguna sombra seria en la interna que se avecina en el FPV. Cualquier atrevimiento de Cristina, en ese sentido, chocaría con dos limitaciones: su insensibilidad y la falta objetiva de tiempo.
 
Claro que, aún con esas dificultades, podría terminar rodeando al gobernador de Buenos Aires de laderos en la fórmula y en las listas de diputados que en lugar de atraer votos, los espanten.
 
La reaparición de Cristina -la semana anterior estuvo en Rusia- pareció signada por la necesidad de retomar una iniciativa política que después del domingo había quedado en la vereda de la oposición. Sobre todo, la de Macri.
 
Esa necesidad la impulsó a incurrir sin pudores en una parva de contradicciones. Su bandera del desendeudamiento fue enrollada cuando destacó el supuesto éxito de la colocación de bonos en el exterior que hizo Kicillof. El ministro de Economía había expresado en esos mismos días que en el mundo escaseaban los dólares. Fue a la caza de US$ 500 millones y se trajo otros US$ 1.000 millones. El costo sería lo de menos.
 
La Presidenta se animó a afirmar que esa gestión se consumó a tasas razonables. Casi un 9% anual. Este año Uruguay, Paraguay y Bolivia tomaron deuda con un interés que osciló entre el 3% y el 4%. Al mismo tiempo que el ministro de Economía cerraba trato, Kenya colocó un bono en el mercado de capitales por US$ 750 millones a una tasa de 5,98%.
 
También estuvo el capítulo contra Lorenzetti. Las críticas de Cristina contra el titular de la Corte Suprema la forzaron a incursionar en el terreno de la inseguridad y el narcotráfico.
 
Lorenzetti pidió políticas de Estado contra ambos flagelos. La Presidenta replicó que en lugar de dar tantos discursos "quienes son los máximos responsables del Poder Judicial deberían brindar mayores recursos y empleados" a los juzgados ocupados en esa tarea.
 
El enojo pudo tener otros trasfondos. Lorenzetti reiteró que los jueces "están para ponerle límites" a los gobierno de turno. Ese fue el concepto que predominó en la Corte para tumbar la semana pasada la maniobra que los K pensaban pergeñar con los conjueces.
 
Habría algo más: la Presidenta sospecha que el titular de la Corte pudo haber influido en el fallo de la Cámara de Casación, que dos por votos contra uno, rechazó la recusación de Claudio Bonadio en la causa Hotesur. Se trata de la empresa que administra una cadena hotelera en El Calafate de la familia Kirchner. Hay documentación que implicaría a Máximo Kirchner.
 
La Presidenta pretende enterrar esa investigación como lo hizo con la denuncia del Alberto Nisman. En su relato entraría todo: ahora busca vincular con denuedo al fiscal muerto con los fondos buitre. Los mismos que rastrean cuentas bancarias de ella en el exterior que, según aventuró, nunca encontrarán.
 
Por Eduardo van der Kooy
 
Fuentes: Clarín, Hoy en la Noticia y LOP

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Cristina Fernández:
Tras la catastrófica derrota del oficialismo en las primarias porteñas, Cristina reapareció y habló por cadena nacional pero no tocó el tema. Hizo anuncios en materia de seguridad y atacó a Lorenzetti.
27-03-2024 / 10:03
El ministro de Defensa, Luis Petri, cerró un acuerdo con su par  de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, por la compra de 24 aeronaves F-16 para la Fuerza Aérea. Poulsen firmó y posó para la foto con Petri en el Edificio Libertador, pero detrás de cámara estaban también presentes el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley.
 
Con la firma del acuerdo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei reafirma su alineamiento cipayo total con Estados Unidos, al concluir una reequipamiento que había quedado abierto desde la gestión de Alberto Fernández y que tenía como alternativa la compra de aviones de última generación  J-17 a China.
 
El ministro Petri no dejó dudas sobre el movimiento geopolítico al compartir en sus redes primero la comunicación oficial del Ministerio y luego una nota de Infobae con el título: "Con el apoyo de Estados Unidos, Argentina firmó una carta de intención con Dinamarca para comprar 24 aviones de combate F16".
 
El acuerdo se cerrará cuando Petri viaje a Copenhague a mediados de abril, donde se sellará el contrato para la adquisición de los 24 aviones F16, que el país aliado de la OTAN ya tiene en desuso para sus operaciones militares. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento.
 
El reequipamiento de las naves quedará a cargo de Estados Unidos por un contrato de 40 millones de dólares, que será una donación de la administración Biden, según informaron desde Casa Rosada. Los aviones valen 300 millones y el armamento y la parte electrónica otros 300 millones, aunque Estados Unidos regala más o menos un 15 por ciento.
 
El acuerdo terminó de sellarse con la reciente visita del actual director de la CIA, William Burns, quien aterrizó en Buenos Aires la semana pasada para visitar la Casa Rosada y reunirse con el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori; y el propio jefe de Gabinete. "Tenemos un problema a corto plazo, Rusia; pero un problema mayor, a largo plazo, China", dijo Burns en la reunión de la semana pasada.
 
Antes de ese reciente encuentro, el presidente Milei recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Rosada y poco después logró un breve encuentro con el candidato republicano y ex presidente Donald Trump.
 
La alineación sistémica de la Casa Rosada con Estados Unidos queda marcada con este acuerdo que cierra las puertas a la propuesta hecha por China para la adquisición de 34 aviones de guerra F17, mucho más modernos y más baratos. De esta manera, las Fuerzas Aéreas adquirirán los aviones F-16 dinamarqueses que están camino al desuso, al punto de que Bélgica se negó a venderle los F-16 a su aliado, Ucrania, porque no los consideró aptos.
 
La Opinión Popular
 

26-03-2024 / 08:03
En medio de confusiones, que obligaron a sacar un decreto correctivo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo estableció la nueva fórmula de movilidad de las jubilaciones por decreto sin pasar por el Congreso. Se actualizarán por la inflación de dos meses atrás, pero en el empalme quedará fijada la pérdida que provocó la mega devaluación de Milei, entre 25 y 30%, y seguirá congelada en ese piso histórico hacia el futuro. Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los magros ingresos de los jubilados.
 
Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional y reducir el déficit fiscal, pero ahora busca dejar asentado que los jubilados serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo DNU cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que, en la actualidad, la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.
 
La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por un nuevo DNU. La "urgencia" del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.
 
En medio de la polémica que se generó por el nuevo DNU, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó al Gobierno de Milei, y a la medida. Según dijo el dirigente peronista, "es impresionante, la decisión de Milei es que el ajuste no recaiga en la casta sino en los jubilados" y agregó: "Es un atraco a los jubilados... Es consolidar una baja que ya se produjo, y ahora ir ajustándola en base a los precios cuando ya el guadañazo se lo dieron al bolsillo de ellos".
 
La propuesta es que las jubilaciones aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. Si bien a priori parecería superadora, el empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de, por lo menos, 25 por ciento. La verdadera trampa se encuentra en el empalme es decir en los meses de transición entre una fórmula a otra. Desde abril, el gobierno decidió comenzar a dar aumentos por IPC "a cuenta" del resultado de la próxima fórmula de movilidad vigente en junio.
 
Con la nueva fórmula jubilatoria, Milei sumó resistencias en la oposición dialoguista. Varios legisladores de ese sector se expresaron contra la nueva fórmula de movilidad, que se suponía que discutirían en el Congreso. El Ejecutivo suma contratiempos en la negociación por la nueva ley Bases que el ministro Guillermo Francos buscará recomponer en un encuentro con mandatarios del Norte Grande.
 
La Opinión Popular
 

25-03-2024 / 07:03
Con una movilización histórica, organismos de DDHH reivindicaron la cifra de 30.000 desaparecidos. La marcha del 24M, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, al cumplirse 48 años del último golpe cívico militar genocida, se convirtió en la tercera gran manifestación callejera contra el gobierno neoliberal anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. El Presidente fue principal blanco de críticas de los organismos de Derechos Humanos, el peronismo, movimientos sociales y la CGT.
 
Como en la huelga general del 24 de enero, y la movilización del 8M, numerosas columnas de organizaciones y miles de personas auto convocadas se volcaron a las calles para repudiar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y reafirmar la consigna del Nunca Más. También ratificaron la cifra de 30 mil personas desaparecidas, número que el gobierno libertario puso en duda. En el documento final de la marcha, que leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, los organismos de derechos humanos reclamaron una ley contra el negacionismo de los crímenes de la dictadura.
 
Junto a esas consignas vinculadas a derechos humanos, la marcha estuvo atravesada por consignas contra las políticas del gobierno libertario y su siniestro plan de ajuste neoliberal. El 24M fue el tercer gran hito callejero contra el gobierno de ultraderecha. "Milei, basura, vos sos la dictadura", "El que no salta votó a Milei", "No se vende, la patria no se vende" y "Fueron 30 mil de verdad", concurrieron los canticos y las consignas que más se repitieron en la Plaza, donde además se colgaron banderas contra Victoria Villarruel, por su cercanía con los represores condenados por lesa humanidad.
 
El peronismo mostró un gran despliegue de movilización. Por Diagonal Sur, los gremios de la CGT y el Movimiento Evita coparon varias cuadras junto a la UTEP y apenas pudieron ingresar a la Plaza. Por Diagonal Norte, y después de caminar 13 kilómetros desde la ex ESMA, La Cámpora llegó pasado el mediodía en una columna encabezada por Máximo Kirchner. En tanto, el gobernador Axel Kicillof llegó junto a su gabinete y los intendentes del conurbano.
 
Fue una gran convocatoria que los medios hegemónicos tratarán de ignorar, y que respondió a la provocación del gobierno, que unió a la CGT, al peronismo, los movimientos sociales, agrupaciones estudiantiles y al movimiento de derechos humanos. La idea de derechos humanos encaja con la idea de justicia social, de país solidario, de trabajo y retribuciones justas, de protección a los niños, a los enfermos y a los ancianos, de hazañas científicas y culturales.
 
No encaja con la justificación de la dictadura, con el intento de que los jubilados crean que ganan poco por culpa de los de la moratoria y que los trabajadores se enfurezcan con los desocupados porque reciben un aporte sin trabajar. No encaja con el país donde los únicos que ganan son los ricos, como procuran las políticas de Milei. Los ricos son "héroes" para Milei y los beneficiarios de sus políticas.
 
Los cientos de miles que desbordaron la Plaza de Mayo, las diagonales y la Avenida de Mayo están enlazados, hermanados, con los miles que se movilizaron en otras ciudades del país, y con los miles y miles que desde sus casas confluyen en la angustia de la pobreza, la amenaza del desempleo y el hambre o la destrucción de comercios y empresas. Hay vías comunicantes por las que fluye una energía que alimenta resistencias, rebeldías y esperanzas.
 
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24-03-2024 / 08:03
Ya en marzo de 1977, al cumplirse un año de la última dictadura militar, estaba claro que el verdadero objetivo de los perpetradores, instigadores y sponsors del golpe de Estado era económico. Por trillado que resulte es esclarecedor volver a la Carta Abierta de Rodolfo Walsh, que por entonces indicaba que "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".
 
Las cifras que exhibía Walsh resuenan hoy con una actualidad preocupante: "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar", escribió en la carta que fue su testamento público. Los paralelismos con el proceso de concentración de riqueza que comenzó con la llegada al poder de Javier Milei son llamativos.
 
Sin embargo, lo más gravoso de la última dictadura no fue ese ajuste en sí sino el hecho de que dejó sentadas las condiciones para que eso nunca pudiera revertirse. De hecho, en ningún momento de los cuarenta años de democracia ininterrumpida el país estuvo ni siquiera cerca de recuperar las condiciones económicas y sociales que existían en la Argentina hasta marzo del 76. Hubo algo, en la matriz productiva pero también en el conjunto de ideales y valores de la sociedad, que se rompió y nunca pudo repararse.
 
El golpe del 24 de marzo irrumpió en un país en el que, dos décadas después de haber intentado suprimir al peronismo de la vida pública e incluso habiendo atravesado, unos meses antes, la experiencia hiperinflacionaria del Rodrigazo, todavía la pobreza alcanzaba a apenas al 4,4 por ciento de sus habitantes. En octubre de 1983, al recuperarse la democracia, esa cifra se había multiplicado por ocho: el 37,4 por ciento de los argentinos era pobre. Ocho veces más. Esa debacle jamás se pudo revertir.
 
Dicho de otra forma: al comenzar la dictadura, apenas cuatro de cada cien argentinos no alcanzaba a satisfacer sus necesidades básicas, pero cuando terminó, casi cuatro de cada diez habían caído por debajo de esa vara, y la profundidad del cambio fue tal que el país nunca pudo desandar ese camino. El riesgo más acuciante en estos días es que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel complete esa tarea y eleve la pobreza estructural al punto en el que seis, siete u ocho de cada diez argentinos sea pobre para siempre.
 
Entre 1945 y 1976 existía una sociedad en el que la enorme mayoría era parte de una gran clase media: albañiles, docentes, policías, médicos, torneros, porteros, artistas, carpinteros, periodistas, abogados y científicos, empleados o cuentapropistas, comerciantes y profesionales, todos se ubicaban en algún lugar de un amplio arco que iba desde las humildes barriadas obreras suburbanas hasta los barrios céntricos en las ciudades. Con diversas realidades que coexistían, la Argentina era un país de clase media.
 
Después de la dictadura se convirtió en un país con clase media. Pero la pobreza estructural que en el 83 alcanzaba a 4 de cada 10 argentinos nunca pudo desarmarse. Tuvo momentos en los que cedió. Al final de los doce años de gobierno kirchnerista había retrocedido hasta ubicarse en torno al 25 por ciento. Y otros donde creció, en episodios de crisis, hasta llegar al 60 por ciento. Pero un cuarto, o un tercio o más de la población quedaron condenados a apenas subsistir, sin ninguna perspectiva de movilidad social ascendente.
 

23-03-2024 / 08:03
A pocos días de lo que se espera será el mayor acto de masas para repudiar al golpe del 24 de marzo de 1976, una hija de desaparecidos fue atacada en su domicilio, la editorial Marea, que publica libros sobre derechos humanos sufrió la embestida brutal de 800 mensajes de odio y Estela de Carlotto denunció que su teléfono estaba intervenido.
 
La defensora de la dictadura, Victoria Villarruel, apareció en una entrevista y el gobierno prepara un video con la tesis de los amigos de los genocidas: "Hubo una guerra donde se produjeron excesos".
 
Durante la semana que pasó circuló la versión de tanteos del gobierno en el ámbito judicial para indultar a los genocidas. Pero antes de que la versión se extendiera, la Cámara de Casación advirtió que, por ley, los delitos de lesa humanidad no se pueden indultar.
 
Aunque no haya indulto, la intención oficial quedó en evidencia. Fue también la confirmación de que este gobierno, además de coincidir con la dictadura en su propuesta económica neoliberal, también comparte el sesgo autoritario del golpismo, al justificarlo y querer perdonarlo.
 
El negacionismo y la idea de la "justicia tuerta" surgieron de la imposibilidad de negar las aberraciones cometidas por los represores durante la dictadura cívico-militar que comenzó el 24 de marzo de 1976.
 
A esta altura son inocultables e indefendibles los secuestros, la tortura, la violación a mujeres indefensas, el botín de guerra que se sacaba a los prisioneros, la apropiación de sus hijos y el lanzamiento de personas vivas desde aviones, como parte de un plan sistemático. No pueden decir que eso no existió. Entonces discuten la cantidad, si nueve mil o 30 mil, cuando en realidad, el horror y la responsabilidad por esos crímenes no varían por su cantidad.
 
Un militar que se rebajó a torturar o a violar a una prisionera en la mesa de tortura tendría que ser una vergüenza para sus camaradas. El secuestro y el asesinato sin juicio no pueden ser aceptados por la sociedad. La apropiación de los hijos de los prisioneros que después serían desaparecidos constituyó un acto repugnante, que debería ser repudiado por los militares que no lo hicieron.
 
Y si querían juzgar a sus enemigos, deberían haberlo hecho en vez de asesinarlos y desaparecerlos sin darles el derecho a un juicio justo. Porque, a diferencia de lo que hicieron los genocidas, sus enemigos eran civiles que no actuaban usurpando el Estado y, por lo tanto, cualquier cosa que quieran juzgar ahora ya está prescripta para la ley.
 
Los que no prescriben son los delitos cometidos desde el poder político, ya sea una dictadura o un gobierno surgido de elecciones. Está planteado así porque es claro que --mientras no cambie-- el poder protegerá a los delincuentes y por lo tanto no hay plazos de prescripción.
 

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