Nacionales - 28-04-2015 / 09:04
NUEVO FRACASO DE CRISTINA Y LA CÁMPORA
El día después K: Tras la derrota, el cristinismo recurrió a la estrategia del avestruz
Tras la derrota, la mayoría de los dirigentes K decidieron seguir la estrategia del avestruz. Es decir, escondieron la cabeza debajo de la tierra, llamándose a silencio. La propia presidenta Cristina Fernández no realizó ningún tipo de comentario. CFK regresó de Rusia durante el fin de semana y en las últimas jornadas ni siquiera hizo uso de las redes sociales.
"Nuestras bocas de urna estaban equivocadas", fue la insólita excusa que ayer utilizó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para intentar justificar el papelón que cometieron el último domingo cuando los principales dirigentes K se hicieron presentes en el Hotel NH de Capital Federal para festejar lo que consideraban una "excelente elección" del camporista Mariano Recalde.
La realidad fue un auténtico cachetazo para los aplaudidores de Cristina Fernández: el ultra kirchnerismo realizó la peor elección en Capital Federal de la última década. A nivel partidario, el Frente para la Victoria quedó en tercer lugar, y sus chances de poder competir en un balotaje frente al macrismo son prácticamente nulas.
Salvo Aníbal Fernández, la mayoría de los dirigentes K decidieron seguir la estrategia del avestruz. Es decir, escondieron la cabeza debajo de la tierra, llamándose a silencio. La propia presidenta Cristina Fernández no realizó ningún tipo de comentario. CFK regresó de Rusia durante el fin de semana y en las últimas jornadas ni siquiera hizo uso de las redes sociales
En tanto, en el sciolismo, el resultado de la elección motivó que ayer se realizara una reunión de gabinete de emergencia en Capital Federal. Participaron los principales funcionarios del gobierno de Daniel Scioli y la conclusión a la que se arribó fue la siguiente: los resultados de los comicios porteños es la consecuencia de haber radicalizado el discurso.
"Nosotros proponíamos una postura más conciliadora. La idea era reconocer ciertos avances que hizo el macrismo en la Ciudad, y acentuar las críticas en lo que no se realizó porque creemos que es el mensaje que mejor cabe en el electorado porteño. Es más, es el discurso que utilizó Martín Lousteau y los resultados están en la vista".
"Lamentablemente se decidió otro camino: se puso a un candidato que representa la máxima expresión de La Cámpora, cuya gestión en Aerolíneas Argentinas nunca fue bien recibida por los porteños. Haber puesto a Recalde o al Petiso Orejudo como candidato era prácticamente lo mismo", fue el análisis que se escuchó a un dirigente sciolista.
Ante esta situación, en las huestes de Scioli consideran que no hay mal que por bien no venga. Ven que el fracaso electoral de La Cámpora llevará a que el peronismo necesariamente se encolumne detrás del candidato que mejor mide, es decir, Scioli. La reiterada debacle de los dirigentes de La Cámpora, abre un interrogante sobre la presión oficial para sumar a un representante de ese núcleo duro a la fórmula nacional del Frente para la Victoria.
Sin postulantes que traccionen votos hacia las listas de legisladores nacionales, la estrategia ultra K de sostener en el Congreso un grupo de poder propio corre riesgo. De hecho, en las filas K ya no dudan en replicar el modelo PRO y apelar a figuras extrapartidarias para seducir al electorado, tales como el "ensayo" de sumar a Marcelo Tinelli en la provincia de Buenos Aires o el humorista "Cacho" Buenaventura en Córdoba.
Un intento por dar un giro que terminará con la "lancha" saliendo a flote o hundiéndose por el peso del rechazo a sus tripulantes.
La Opinión Popular
La ilusión de una boca de urna
Los espejismos brotan en el desierto y son tan potentes que jamás parecen falsos a los que los buscan.
Lo mismo pasa con las alucinaciones: para quienes las padecen son reales, dice la psiquiatría. No pueden distinguir lo verdadero de lo falso. Son los otros, los que los rodean, quienes pueden orientarlos para no enredarse con las apariencias y hundirse definitivamente en ellas.
¿Qué vieron o qué les pasó por la cabeza a Zannini y a los jefes del comando electoral kirchnerista como para confundir el domingo una derrota con una victoria?
Se encandilaron con una boca de urna telefónica, que siempre es de pronóstico dudoso y que daba un triple empate técnico entre Michetti, Lousteau y Recalde. No hubo conteo rápido de los fiscales y si lo hubo fue igualmente equivocado.
Eligieron una herramienta técnica deficiente. No fue el único error ni tampoco el error más importante que cometieron. El peor error fue político: confundieron sus deseos y los deseos de Cristina con la realidad y donde, en el mejor de los supuestos, había una elección pareja ellos vieron lo que querían ver: un segundo puesto asegurado para el Frente para la Victoria.
Ese segundo lugar era mucho más que un paso adelante. Era pasaporte al balotaje.
Detrás de esa fantasía marcharon todos: desde Scioli hasta Aníbal Fernández, aunque todo el tiempo la cara del gobernador en el bunker se pareció bastante al Me Quiero Ir de Lorenzino cuando le preguntaron por el índice de inflación.
Festejaban con ellos los siete candidatos y festejaba completa la Agrupación Patio de las Palmeras convocada por Cristina. En el escenario los ministros y la CGT K y hasta Boudou, que eligió votar al cierre de las urnas para escapar al escrache.
También festejaban en el canal C5N de Cristóbal López, aun cuando los primeros cómputos desmentían el fervor militante. El encuestador oficialista Artemio López intentó una resistencia final. Dijo: "Hay que ver qué mesas han sido cargadas", como cuando el escrutinio le va mal al peronismo y el peronismo dice que hay que esperar las mesas de La Matanza.
Poco después la realidad les pasó por encima: el macrismo se impuso hasta en los barrios más populares y el segundo fue ECO y no el Frente, que no sumó sino que perdió votos. Recalde, el elegido de Cristina, fue el gran derrotado. Cristina lo dejó solo. Ni un tuit ni una sola palabra.
El próximo espejismo puede ser que crean que el 7 de julio una parte de los votos de Michetti irá hacia Recalde y no hacia Lousteau. Más vale que no hagan como con la boca de urna telefónica y sobre todo que no mezclen lo que pasa con lo que quieren que pase.
Por Ricardo Roa
Fuentes: Clarín, Diario Hoy, El Cronista y LOP