Nacionales - 31-03-2015 / 08:03
SIN TRANSPORTES Y CON CORTES DE ACCESOS SE DESARROLLA LA PROTESTA
La huelga de los sindicatos opositores al impuesto a las Ganancias paraliza el país
Cristina Fernández se sigue negando a revisar el tema. ¿Tanto valora el aporte de Ganancias como para estar dispuesta a sufrir semejante costo político? La razón es simple: con una inflación del 35%, cada vez son más los asalariados que pasan a estar alcanzados por Ganancias -y muchos de los que estaban tributando en los niveles más bajos pasan a pagar el tributo correspondiente a las categorías altas-. Mientras la recaudación total de AFIP el año pasado creció a un ritmo de 36%, Ganancias subió un 45 por ciento. De esta manera, se ha transformado en el único impuesto que crece a una mayor velocidad que la inflación. Es que no sólo crece a un ritmo fuerte, sino que hasta lo hace por encima de la inflación, siendo el único tributo cuyo ingreso real no disminuye, aun en un contexto recesivo.
En un clima de tensión entre los trabajadores y el Gobierno de Cristina Fernández, se desarrolla desde la medianoche el cuarto paro general en el segundo gobierno de CFK.
La huelga afecta a los principales servicios como el transporte, los bancos, los hospitales y las escuelas. La masificación del impuesto a las Ganancias logró juntar a gremios K y anti-K en un paro contundente. La falta de actualización del "piso" -a partir del cual se empieza a pagar- echó por tierra el argumento K de que solo lo paga una élite de altos ingresos.
Ante el costo político que conlleva esta huelga, el gobierno de CFK intentó hasta último momento evitar la medida con una extorsión a los empresarios de colectivos. Les reclamó una "actitud responsable" y le recordó a los gremios la "cantidad de fondos públicos que vuelca el Estado para sostener la actividad" a través de subsidios.
Aníbal Fernández y Axel Kicillof recibieron a los empresarios y señalaron que "solo entre el 10 y el 15%" del total de trabajadores tributan Ganancias, eje del reclamo. Fernández, además dijo que la medida de fuerza es un "paro político" que "se asemeja a un paro general", dado que la gente no se puede trasladar.
Evidentemente presionado, el presidente de la Asociación Argentina de Empresas de Transporte, Eduardo Zbikoski, prometió hacer "todos los esfuerzos para garantizar la prestación del servicio". Pero esta medianoche, cuando comenzó la huelga, se puso de manifiesto que el paro del transporte es total.
Por su parte, militantes sindicales de izquierda iniciaron esta mañana la jornada de piquetes con cortes generales en la autopista Panamericana, a la altura de la localidad de Pacheco, y en el Puente Pueyrredón, que une Capital Federal y el sur del conurbano. Asimismo, otro grupo de manifestantes se concentraba en Corrientes y Callao, en el centro porteño, para realizar allí un corte de tránsito.
El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, denunció que: "Hay reuniones con el sector empresario manifestando que no le van a dar gasoil y subsidios". El sindicalista solicitó que el Gobierno "se detenga y escuche" los reclamos del sector obrero y aclaró que "el paro no beneficia a nadie, ni a los empresarios, ni a los trabajadores, ni al Gobierno. Si ellos tienen el poder del diálogo, ¿por qué no nos sentamos a negociar?".
Cristina Fernández y Axel Kicillof podrán decir lo que quieran e ignorar la medida de fuerza. Pero, con el cóctel de inflación, déficit, recesión, desempleo y pobreza, es conveniente que el Gobierno registre cuáles son los argumentos de los reclamos. Aunque no abarque a todos los trabajadores, el impuesto a las Ganancias sobre el salario es absolutamente regresivo y desequilibrado.
Y, además, junto a la inflación galopante de los últimos años, constituyen una trampa económica que deterioró sin remedio el ingreso de todos los trabajadores: los acomodados y los más pobres, las víctimas principales de la recesión, del freno del consumo y la caída del empleo.
La Opinión Popular
PROTESTA CONTRA GANANCIAS
El paro se siente con fuerza: cortan accesos y no hay colectivos, trenes ni subtes
Con expectativas de un acatamiento masivo, el sindicalismo opositor inició a la medianoche de este martes su cuarto paro nacional contra la gestión cristinista, agitando como principal reclamo la modificación del impuesto a las Ganancias.
En los cálculos previos se espera un paro contundente por la adhesión de los gremios del transporte -que hicieron punta con el llamado a esta medida de fuerza-, la CGT Azopardo que conduce Hugo Moyano y la CTA Autónoma de Pablo Micheli.
Pero la protesta abrió también una brecha en la CGT Balcarce, al logró la adhesión de algunos gremios oficialistas o en otros casos la declaración, en contra de la opinión sostenida por la propia Presidenta y sus principales ministros que defienden la aplicación del tributo, de que Ganancias es un impuesto "injusto" y el reclamo "legítimo".
En la sede de la CGT Azopardo habrá hoy un primer balance hacia el mediodía, y un cierre a las cuatro de la tarde encabezado por Moyano. Para el líder cegetista este es un primer paso hacia la profundización de medidas de fuerza que incuirían un paro de 36 horas con movilización a la Plaza de mayo, posiblemente el 30 de abril.
Los 22 gremios del transporte que habían lanzado este paro ya el 19 de febrero con la expectativa de que se abriera una negociación, que no ocurrió, se reunirán también a media mañana en la sede de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) en la avenida Jujuy para hacer su propio balance y evaluar los pasos a seguir.
"No va a ser un paro, va a ser un parazo", aseguró ayer por la tarde a Clarín, Omar Maturano, secretario general de la Fraternidad. Maturano salió al cruce de los argumentos del Gobierno en contra de la medida de fuerza.
"Es una vergüenza lo que dicen de nuestros sueldos. Si son subsidiados no es culpa nuestra, la plata de algún lado tiene que salir, igual que la que paga los sueldos de ellos (los funcionarios). ¿Por qué no dicen que nosotros ganamos lo normal y los demás (que no pagan Ganancias) cobran sueldos de hambre?", disparó.
Por el paro no habrá en todo el día colectivos, trenes, subtes, vuelos comerciales, transporte de cargas, actividad marítima y portuaria. Tampoco bancos por la adhesión de La Bancaria ni expenderán combustible las estaciones de servicio. Paran los judiciales de la Nación y bonaerense, los estatales de ATE, municipales de la Ciudad y los bonaerenses, y varios gremios docentes (FEB y Udocba; los universitarios de Conadu histórica, de Fagdut en las UTN), entre otros.
El Gobierno persistió en sus argumentos. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro Axel Kicillof redujeron ayer sus propios números al afirmar que Ganancias "sólo afecta" al "6 ú 8%" de los trabajadores. Lo hicieron luego de recibir en la Casa Rosada a empresarios del sector transporte para conminarlos a garantizar el servicio.
Para mostrar "normalidad" el Gobierno armó un acto que encabezará Cristina Kirchner en La Matanza. La cita a empresarios de colectivos y la declaración de que se asignarán fuerzas policiales en las terminales para brindar seguridad tuvo una respuesta del titular de la UTA, Roberto Fernández.
"El Gobierno no hace más que enfurecer a la gente. Y nos toma de punto. No somos 'esenciales' los colectiveros, el que quiera ir a trabajar puede hacerlo en bicicleta. Y les pedimos la misma seguridad los otros 364 días del año, que tenemos que rogar para que no nos peguen o nos maten", dijo Fernández a Clarín.
Aunque la CTA no hará cortes esta vez, delegados de izquierda, vinculados al Partido Obrero, realizan piquetes en Panamericana; Gaona y Vergara; en la bajada de La Plata de la autopista y en los puentes Pueyrredón y La Noria, entre otros puntos.
El extendido malestar por el "impuesto al trabajo" quedó reflejado en la adhesión de gremios que integran la CGT oficialista, comolos pilotos de APLA. O en los matices. La UOM dio "libertad de acción" (postura que Caló no logró que adoptara la CGT).
Un dirigente clave de la CGT Balcarce como el jefe de la UOCRA Gerardo Martínez -defensor del "dialoguismo" a rajatabla- admitió que "es injusto lo que pasa con Ganancias" y anticipó una "gran" adhesión al paro. La conducción ultra K de los metrodelegados del subte criticó el paro pero manifestó comprensión por quienes no vayan a trabajar porque Ganancias "se ha transformado en un tributo injusto".
Aunque la punta del reclamo es Ganancias también se pide un aumento para los jubilados, y medidas contra la inflación y la inseguridad. Al malestar sindical se suman las últimas estadísticas: la mitad de los trabajadores ganan menos de $5.500, crecen la pobreza (12 millones en los cálculos verosímiles más moderados) y el desempleo. El titular del Sindicato de Estaciones de Servicios, el barrionuevista Carlos Acuña, cuestionó que a Kicillof "defiende el país del relato, pero la realidad es otra".
Por Guido Braslavsky
Fuentes: Clarín, Diario Hoy y LOP