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El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Nacionales - 26-01-2015 / 11:01
SIN MÁS PRUEBA QUE SU INTUICIÓN, ÉSA QUE LE PERMITE NO DUDAR AUNQUE NO TENGA LA MENOR PRUEBA DE NADA

De Agatha Christie a Christie K: “Mi nombre es Bond... Cristina Bond”

De Agatha Christie a Christie K: “Mi nombre es Bond... Cristina Bond”
Mi nombre es Bond... Cristina Bond, con licencia para decir cualquier cosa..
 
La primera reacción del gobierno nacional, ante la gravísima denuncia del fiscal Nisman, previo a su muerte, fue un sketch cómico al que nos tiene acostumbrados la presidenta Cristina Fernández cuando dicta al oído de su jefe de gabinete, Jorge Capitanich, lo que éste debe decir cada mañana.
 
Dictado al que el hombre obedece poniendo siempre algo de su parte, haciendo aún más obsecuente la obsecuencia que le pidieron. Así, en una de sus declaraciones más absurdas (y eso que todas son absurdas) sostuvo que el objetivo de la denuncia del fiscal era intentar ocultar el superlativo éxito de la temporada veraniega en la Argentina.
 
Ahora con el tiempo y lo ocurrido nos damos cuenta de que esa aparente estupidez nos habla de algo más grave: de un gobierno entrando rápidamente en el delirio ante una realidad que lo estaba sobrepasando debido a una denuncia que lo dejó inerte.
 
Lamentablemente, esa payasada de Capitanich llegó a niveles paroxísticos luego de la muerte de Nisman, pero esta vez en palabras de la propia presidenta, convertida en una Agatha Christie de ocasión, en una James Bond con licencia para decir cualquier cosa, en uno de "Los pingüinos de Madagascar", esas dulces criaturitas animadas cuya profesión es la de espiar a los malos y salvar al mundo.
 
Cristina Fernández hizo todo menos lo que le correspondía hacer. Se puso a inventar sobre la marcha una variante de su eterno relato, adaptado a la situación, con una irresponsabilidad manifiesta, tal cual si estuviera jugando dentro de una novela de detectives en la cual ella se ubica como la principal víctima, como el falso culpable.
 
En su primera carta, la del lunes, la Presidenta no sólo da rienda suelta a sus chupamedias para que justifiquen la tesis del suicidio (sólo las autoridades argentinas y las iraníes creyeron en esta hipótesis), sino que se coloca en el lugar de una heroína que ya desde la dictadura es quien más viene luchando contra los servicios de inteligencia.
 
Nuestra espía detective siguió investigando y descubrió varias cosas más que expone en una segunda carta. Entre ellas, que Nisman no era, como pensó al principio, un empleado consciente de las fuerzas malévolas sino un pobre tonto inconsciente que se murió sin siquiera darse cuenta de que su informe no era suyo ni que estaba cubierto de pruebas plantadas para perjudicar a Cristina.
 
Si bien es cierto que en una Argentina tan disparatada como la que estamos viviendo, la verdad podría ser todavía más delirante que la versión presidencial, aún siendo así es peligrosísimo para la salud institucional del país que una presidenta intente acomodar la realidad al relato que más le convenga a sus intereses, que de eso y de nada más que eso se tratan sus dos cartas. Algo que viene haciendo desde siempre, pero con la diferencia que ello ahora implica jugar con la muerte.
 
Por otro lado, sería imperdonable si ella tuviera conciencia de que todo lo que dijo en sus dos cartas son mentiras, pero mucho más grave es, políticamente hablando, si se creyera tales sandeces, porque entonces sí que los argentinos estaríamos en el más completo de los desamparos.

 
Mi nombre es Bond... Cristina Bond
 
La primera reacción del gobierno nacional, ante la gravísima denuncia del fiscal Nisman, previo a su muerte, fue un sketch cómico al que nos tiene acostumbrados la presidenta Cristina Fernández cuando dicta al oído de su jefe de gabinete, Jorge Capitanich, lo que éste debe decir cada mañana. Dictado al que el hombre obedece poniendo siempre algo de su parte, haciendo aún más obsecuente la obsecuencia que le pidieron.
 
Es Capitanich copia literal de uno de los personajes más graciosos de la serie del Superagente 086, la del robot Hymie o Jaime, al que las crónicas describen así: "Hymie el Robot, -Jaime en la versión latinoamericana- es un poderoso androide ... aunque su diseño no incluye inteligencia artificial, lo que se manifiesta principalmente en que Hymie toma las órdenes que se le dan, de forma muy literal (por ejemplo, Max le dice: «Dame la mano», y Hymie se arranca una mano y se la da)".
 
Así, en una de sus declaraciones más absurdas (y eso que todas son absurdas) sostuvo que el objetivo de la denuncia del fiscal era intentar ocultar el superlativo éxito de la temporada veraniega en la Argentina.
 
Ahora con el tiempo y lo ocurrido nos damos cuenta de que esa aparente estupidez nos habla de algo más grave: de un gobierno entrando rápidamente en el delirio ante una realidad que lo estaba sobrepasando debido a una denuncia que lo dejó inerte.
 
Lamentablemente, esa payasada de Hymie Capitanich llegó a niveles paroxísticos luego de la muerte de Nisman, pero esta vez en palabras de la propia presidenta, convertida en una Agatha Christie de ocasión, en una James Bond con licencia para decir cualquier cosa, en uno de "Los pingüinos de Madagascar", esas dulces criaturitas animadas cuya profesión es la de espiar a los malos y salvar al mundo.
 
 
Alfred Hitchcock y Cristina Fernández presentan...
 
Es sabido, lo sabe todo el mundo desde el más elemental sentido común, que ante un hecho de tan altísima gravedad institucional y frente a tantas dudas sobre lo que efectivamente ocurrió con la muerte del fiscal, la única respuesta sensata que se esperaba de la Presidente de la Nación -de cualquier presidente de la Nación- era una cadena nacional en la que se pusieran todos los instrumentos del Estado al servicio de la resolución de la causa, garantizando la más absoluta objetividad e imparcialidad.
 
Y punto. Pero Cristina Fernández hizo todo menos lo que le correspondía hacer. Se puso a inventar sobre la marcha una variante de su eterno relato, adaptado a la situación, con una irresponsabilidad manifiesta, tal cual si estuviera jugando dentro de una novela de detectives en la cual ella se ubica como la principal víctima, como el falso culpable.
 
 
La primera bomba fue para Cristina
 
En su primera carta, la del lunes, la Presidenta no sólo da rienda suelta a sus chupamedias para que justifiquen la tesis del suicidio (sólo las autoridades argentinas y las iraníes creyeron en esta hipótesis), sino que se coloca en el lugar de una heroína que ya desde la dictadura es quien más viene luchando contra los servicios de inteligencia.
 
Ahora descubrimos que ese lugar común acerca de que el estudio jurídico de ella y de su marido se encargaba de rematar casas (o de quedarse con ellas) de los perjudicados por la circular 1050, no era nada más que una infamia. Que Néstor y Cristina, como luchadores eternos contra los militares, ya en plena dictadura utilizaban su estudio para hacer "juicios contra contratistas de obra pública de la Fuerza Aérea y concesionarios de servicio de la Agrupación Aérea".
 
Debido a eso los militares le colocaron una bomba que no estalló y luego, en reacción, Cristina se fue a pelear contra esos mismos militares, cortando el teléfono a uno de ellos o manteniendo una tensa conversación con otro.
 
Había que tener demasiado coraje -o demasiada impunidad- para atreverse a hablar así con los que supuestamente le mandaron a colocar una supuesta bomba, y en plena dictadura. Pero Cristina, que suele escribir su propia historia de adelante para atrás con el fin de ubicarse en el centro de todas las etapas históricas que le tocó vivir, puede eso y mucho más.
 
Luego, durante la época de Menem, se convirtió en la principal (ella dice "en soledad") luchadora contra la tergiversación de la causa AMIA y de allí en más no cejaría en sus intentos hasta llegar al presente en que le tirarían un cadáver para que no siga adelante, que es como ella interpreta la muerte del fiscal Nisman. Contra ella.
 
En esa primera carta nuestra espía detective deduce que Nisman era apenas un empleado de alguien que respondía directamente a Clarín, al cual lo hicieron volver mediante una "orden", y su informe le fue dado cuando volvió, por esa mano anónima a la que Clarín alimentaba con sus tapas.
 
 
De Agatha Christie a Christie K
 
Nuestra espía detective siguió investigando y descubrió varias cosas más que expone en una segunda carta. Entre ellas, que Nisman no era, como pensó al principio, un empleado consciente de las fuerzas malévolas sino un pobre tonto inconsciente que se murió sin siquiera darse cuenta de que su informe no era suyo ni que estaba cubierto de pruebas plantadas para perjudicar a Cristina.
 
Algo aún más terrible: que a Nisman le hicieron defender un informe fraguado no para que lo presentara en el Congreso sino que los que se lo dieron tenían pensado matarlo antes de su exposición pública, para así culpar del crimen a la principal acusada de dicho informe, vale decir, a Cristina.
 
"Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto", afirma la presidenta en una de las partes más estremecedoras de su relato, sin más prueba que su intuición, ésa que le permite no dudar aunque no tenga la menor prueba de nada.
 
No podía faltarle el tono épico al relato y por eso, como el periodista Horacio Verbitsky dijo que la purga que hizo Cristina en el servicio de inteligencia fue para limpiar al organismo de las secuelas del proceso, ella se toma en serio esa leyenda e insinúa más que insinuadamente que el señor Stiusso es el asesino, pretendiendo ubicarnos en la última página de esta novela policial, cuando recién estamos en el principio aunque ella nos desnude el final que desearía.
 
Lo que Verbitsky y Cristina no dicen es que mal podría haberse transparentado el servicio de inteligencia con ese cambio, si lo único que se hizo es remplazar a sus anteriores autoridades por un mayordomo de palacio como su jefe formal y por un militar cuestionado como Milani como su jefe informal. Dos "le pertenezco".
 
En síntesis, si bien es cierto que en una Argentina tan disparatada como la que estamos viviendo, la verdad podría ser todavía más delirante que la versión presidencial, aún siendo así es peligrosísimo para la salud institucional del país que una presidenta intente acomodar la realidad al relato que más le convenga a sus intereses, que de eso y de nada más que eso se tratan sus dos cartas. Algo que viene haciendo desde siempre, pero con la diferencia que ello ahora implica jugar con la muerte.
 
Por otro lado, sería imperdonable si ella tuviera conciencia de que todo lo que dijo en sus dos cartas son mentiras, pero mucho más grave es, políticamente hablando, si se creyera tales sandeces, porque entonces sí que los argentinos estaríamos en el más completo de los desamparos.
 
Por Carlos Salvador La Rosa
 
Fuente: losandes.com.ar
 

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25-04-2024 / 09:04
El guarango presidente de la Nación, Javier "el Loco"  Milei, brindó un verdadero stand up en la cena anual de la ultra liberal Fundación Libertad, en la que por momentos provocó vergüenza ajena, inclusive entre los comensales que no podían creer lo que estaban escuchando. Milei se reencontró con Mauricio Macri, celebró su ajuste neoliberal feroz, hizo chistes groseros y bizarros (todos malos) y se burló de economistas y sectores opositores.

"¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a crecer como pedo de buzo", afirmó insólitamente Milei y se llevó los aplausos de los trolls rentados libertarios que estaban en la sala. Luego Milei apuntó contra Carlos Melconian
, de quien se burló con una imitación de su voz porque es crítico de su gestión: "se equivocó feo". "Qué quieren que les diga si había uno que decía no podés dolarizar si no hay fideos, no hay tuco... Es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error", aseveró Milei. Claro, la frase y el tono de Milei cayó mal en la gente y eso le molestó al Presidente: "Si los que están murmurando se comieron el verso, lo siento. Im So Sorry, la vida es así", completó.


El stand up de Milei fue insoportable. No cabe otra definición. Ya seguirlo por YouTube resultaba tortuoso. Imposible imaginar tener que verlo en vivo. Fue por eso que los medios afines al Gobierno anarco capitalista rápidamente lo sacaron del aire. Cuando no habían pasado ni 20 minutos del inicio, tanto TN como LN+ continuaron con su programación habitual. Las arengas libertarias de "el Loco" parece que van perdiendo rating.

Milei habló de su propio ajuste. Lo celebró repitiendo las mismas falacias e invenciones que viene diciendo desde el 10 de diciembre e incluso desde antes. En ese auto-elogio delirante, comparó a Luis Caputo y Patricia Bullrich con Lionel Messi, haciendo rechinar los oídos de más de uno. Milei ya camina sobre terreno resbaladizo. La prepotencia y los chistes malos tienen su lado "delarrúesco".
 
El discurso de este miércoles pareció hecho dentro de una burbuja de gas. Un discurso de casta, ajeno a la dura realidad que sufren las mayorías populares con el áspero golpe que ya representan los nuevos tarifazos. A una pobreza que se extiende de la mano de la recesión, por más que el presidente celebre el relativo enlentecimiento de la inflación.
 
En la cena de la Fundación Libertad, Milei eligió hablar de miles de cosas para no hablar de lo evidente: el enorme golpe político a su Gobierno que significó la masiva marcha universitaria. El presidente apenas musitó la frase "causa noble" para aludir elípticamente al reclamo que este martes llevó a un millón de personas a las calles de todo el país. Un golpe político que cambió de discurso, pasando de la prepotencia al lamento.
 
Este miércoles Milei habló como si viviera en una nube de gas. Esa arrogancia se vio muchas veces en la política argentina. Gobiernos civiles y regímenes militares completamente disociados de los intereses y deseos de las mayorías populares. El resultado, fue, muchísimas veces, la rebelión popular. La lucha en las calles. La emergencia de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre como actores combativos de un cambio profundo de la sociedad. La arrogancia de Milei pavimenta el camino en esa dirección.
 
La Opinión Popular

24-04-2024 / 10:04
La Marcha Federal Universitaria reunió a un millón de personas en todo el país. Fue en defensa de la universidad pública y desbordó las calles y avenidas porteñas transformándose en un hito de rechazo al irracional ajuste anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. Encabezados por docentes y estudiantes, cerca de un millón de personas en todo el país hizo naufragar el operativo represivo con el que amenazó la macrista Patricia Bullrich, que se quedó con las ganas de reprimir.
 
La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno libertariano de Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor.
 
El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como "héroes" que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.
 
El gobierno despreció esta marcha porque -dijeron- la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. "Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios", dijeron por la televisión. Y Bullrich la calificó de "rara". Defender la universidad gratuita que el gobierno quiere cerrar es "raro". Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.
 
Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.
 
La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza, Paraná y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.
 
Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. El Loco Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.
 
La Opinión Popular
 

23-04-2024 / 10:04
Finalmente, habrá que tomárselo en serio. El presidente Javier Milei es un loco. Por lo general, estas personas tienen una relación de literalidad con las palabras. No es broma cuando dice que quiere destruir el Estado. Ese es su objetivo y, a menos que el pueblo se lo impida, lo concretará con el ahogo económico más una campaña de desprestigio. El inaudito ataque a la educación y la universidad públicas intentan tapar el desastre económico. Hoy 23 de abril, Milei conocerá el juicio que las medidas de su gobierno están concitando en amplias franjas sociales, políticas, intelectuales y culturales. La mejor encuesta.
 
Milei, como es sabido, tuvo una carrera académica mediocre, incompleta y de irregular desempeño en entidades privadas, cuyos "logros" son hasta el momento desconocidos. Con su religión privatista y ultra individualista, odia a la universidad pública. Su saña contra las universidades públicas comenzó apenas asumió la presidencia, cuando repitió el presupuesto de 2023 para las casas de estudios. La Universidad pública está siendo amenazada por un grupo fanático, dotado de un liberalismo ultramontano, que ocupa circunstancialmente la Casa Rosada, ese reino actual de la improvisación, la insensatez y los intereses espurios vinculados a las clases más ricas de la sociedad.
 
Con una inflación anual cercana al 300%, el congelamiento del presupuesto significa una reducción del 72%, como lo afirma el último informe del Centro de investigación de la Economía Nacional (CIEN), instituto que monitorea los presupuestos universitarios. En lo que va del año, los docentes ya perdieron un 50% de sus ingresos, a lo que se agrega el desmantelamiento del Conicet y la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
 
A esa política de ahogo económico, se le suma la campaña de desprestigio. Con la letanía del "adoctrinamiento", Milei pretende deslegitimar una de las instituciones de mayor prestigio de la Argentina, con tres universidades (las de Buenos Aires, Córdoba y La Plata) en el podio de las 100 mejores universidades del mundo. Con esa insolencia típica de la ignorancia, impugna el supuesto "adoctrinamiento" socialista que aquejaría a estas últimas. Desde la nefasta dictadura cívico-militar genocida no se escuchaban semejantes idioteces y necedades.

Siendo un faro científico-cultural en toda la región, las universidades nacionales tienen su propio sistema de gobierno basado en la autonomía, la autarquía y el cogobierno, base del trípode de enseñanza, investigación y extensión que les legara la Reforma Universitaria de 1918. Por supuesto, un sistema que está muy lejos de imponer las verdades reveladas que inspiran al Presidente, una megalomanía que rinde culto a los próceres de la "neorreacción global" como Murray Rothbard y Von Mises, cuyo único objetivo es destruir el Estado.

Desde hace años, quienes defendemos las universidades públicas las defendemos en las aulas, en los laboratorios, en los claustros... Hoy nos toca defenderlas en la calle. Marchemos este martes 23 de abril todos por las universidades públicas. Habrá movilizaciones en todo el país protagonizadas por amplios sectores de la sociedad que defienden la educación pública. Y también contra la nueva Ley Ómnibus, la reforma laboral y el plan hambreador de saqueo y ajuste de la ultra derechista La Libertad Avanza
, que nos quieren pobres e ignorantes para manipularnos mejor.


La Opinión Popular

22-04-2024 / 10:04
Hace diez días se conoció el ranking universitario mundial QS 2024: entre las mejores 150 carreras del planeta, hay 28 de universidades argentinas. El jueves apareció otra lista, de la consultora británica Quacquarelli: la UBA quedó entre las 100 mejores universidades del mundo. Esa misma institución reconocida a nivel internacional, con más de 320 mil alumnos, hoy batalla junto a las 69 universidades e institutos universitarios del país por sobrevivir.
 
En esa lucha in crescendo contra la asfixia presupuestaria del gobierno de Javier "el Loco" Milei, el martes será un punto de inflexión. La Marcha Federal del 23 se convertirá en la primera movilización transversal contra el ajuste de la administración neoliberal libertaria que alcanza a todo: jubilados, pacientes oncológicos, comedores, científicos. Y universitarios. La movilización, de tintes históricos, será en todo el país, pero el epicentro estará en CABA. Bajo el lema "En defensa de la educación pública".
 
La asistencia está lejos de ser puramente universitaria: además de estudiantes, docentes y graduados, prometieron estar las centrales obreras (desde la CGT a las CTA), organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y partidos políticos. Dirigentes como Sergio Massa y Axel Kicillof confirmaron que marcharán. No solo el presente está en juego: si algo representa la educación, es el futuro y el desarrollo de un país.
 
La Marcha Federal convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores del país, "será inédita por esta unidad impensada 15 años atrás", declaró el titular del CIN, Victor Moriñigo. Y acotó: "Mientras eligen a universidades argentinas en el mundo, acá no financian la educación. Es muy raro. Todo el mundo nos pregunta por esto".

La posición del Ejecutivo fue de intransigencia. Un delirante Milei hablando de dar la "batalla cultural" contra el "adoctrinamiento" de las universidades públicas, y el ejército troll atacando al sector. El designado subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, lejos de buscar conciliación apoya la teoría ideológica del "adoctrinamiento". Álvarez dedicó las últimas horas a llamar personalmente a cada uno de los rectores de las universidades nacionales para que se bajen de la marcha. "Promete cualquier cosa con tal que nos bajemos
, está desesperado", relató uno de ellos.


Mientras Álvarez busca conciliar posiciones con representantes de las universidades, el presidente fue muy agresivo en redes sociales. Milei replicó decenas de posteos que insultan a la universidad pública. Milei pretende un país mucho más dependiente del capital extranjero, de EEUU y sus aliados: Gran Bretaña e Israel, donde aumente la precarización laboral, la pobreza y la ignorancia. Para eso necesita un modelo de educación pública donde cada vez sean menos los que puedan acceder y donde la educación universitaria se piense al servicio de los negocios de los grandes empresarios.

El ajuste universitario puede ser un punto de inflexión para el gobierno: una encuesta de esta semana de la consultora Zuban Córdoba señala que un 89,4% aseguró está "de acuerdo" o "muy de acuerdo" en que la educación pública "es un derecho que debe ser defendido". Y un 58,5% se mostró en contra de congelar el presupuesto de las universidades. Una Argentina que gira entre la crueldad libertaria y una crisis social al borde de estallar.

La Opinión Popular

21-04-2024 / 09:04
Claramente Javier "el Loco" Milei todavía no termina de comprender que es Presidente de la Nación y que cada palabra que dice tiene repercusiones. En el mediodía de este viernes expuso en el exclusivo encuentro de empresarios que se desarrolló en el Hotel Llao Llao, ubicado cerca de la ciudad de Bariloche. Con un discurso en contra de la política de la institución a la que pertenece por ser el jefe de Estado y a favor de sus amigos, los grandes empresarios, donde los instó a delinquir. Por eso es que despotricó contra la política y las medidas que se aplican para cuidar el bolsillo de los ciudadanos.

Pero lo más grave es que el mandatario aseguró que "el que fuga es un héroe" que logró escaparse de las garras del Estado. Claramente la fuga es un delito que el Presidente no debería instar a los grandes empresarios a hacerlo. Y ya que estaba también recomendó comprar dólares en el mercado negro. Ni siquiera tiene en cuenta que esto de fugar y no invertir desfinancia y empobrece al país. ¿Está chapita?

Su discurso fue el de un gerente que se dirige a sus patrones para proponerles nuevas ofertas para conseguir ganancias. Durante una hora, Milei despotricó contra el Estado y defendió el rol de la inversión privada como único motor de la economía. Fue un discurso para el gran capital, que aplaudió ante las oportunidades que se le ofrecían desde el escenario.

Milei llegó a justificar la compra de dólares ilegales para no pagar impuestos al tiempo que rechazaba toda regulación de los mercados, sean financieros o de bienes y servicios. En ese contexto, el presidente alentó al delito de fuga de divisas: "El que fuga es un héroe, que logró escaparse de las garras del Estado", deliró. Pero después manda al Congreso la restitución de Ganancias sobre el salario de los trabajadores para conseguir recursos.
 
A diferencia de su exposición en la apertura de sesiones del Congreso, el 1° de marzo pasado, esta vez Milei no leyó, con lo que su alocución quedó librada a la libre asociación de ideas que suele llevar a cabo, camino en el que se mezclan sus diatribas contra el Estado y contra los que enfrentan sus ideas e incluye metáforas escabrosas y cifras imposibles de chequear.

Fue una pijamada de adoctrinamiento anarco capitalista y una marcada de cancha del rumbo neoliberal del país. Aunque parezca divergente para gente que maneja empresas y tiene responsabilidad sobre una parte de la economía, la puesta en escena parecía propia de una estudiantina, con un orador insultando como un adolescente y un grupo de hombres entrados en edad aplaudiendo.

La polémica afirmación de Milei es un alerta sobre lavado, por las características del blanqueo de capitales que el Gobierno incluyó en el paquete fiscal que empezó a debatirse en el Congreso esta semana, porque es permeable al ingreso de capitales ilícitos de alto perfil.

El Registro de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi) es una puerta de acceso camuflada, con graves visos de legalidad, para que capitales provenientes del tráfico de estupefacientes, armas y personas entre otros, ingresen al circuito económico y financiero de la República Argentina sin exigencias reales de licitud de origen y trazabilidad
, convirtiéndonos en un Narcoestado.


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