Nacionales - 01-10-2014 / 09:10
¡CORTA LA BOCHA!: PARA TAPAR LA CRISIS DISPARA CONTRA TODAS Y TODOS
Grotesco K: Cristina denunció que EE.UU. podría atentar contra ella
Cristina Fernández, después del furibundo discurso salió al Patio de las Palmeras a realizar monerías frente a los aplaudidores rentados de La Cámpora. Inspirada en las denuncias de Maduro y su pajarito, sugirió que podría sufrir un atentado de parte de los Estados Unidos. La presidenta advirtió: “Quieren voltearme” y agregó dramática “si me pasa algo, no miren a Oriente, miren al Norte”, en referencia a la potencia yanqui, y quitándole entidad a las supuestas amenazas que habría sufrido del grupo terrorista ISIS, que ella misma reveló.
Cristina Fernández volvió a reunir anoche a la militancia rentada y a los funcionarios aplaudidores en los patios y salones de la Casa Rosada. Lo hizo con el objetivo de llevar sus teorías conspirativas a la máxima expresión, al borde de la irracionalidad, hablando sobre supuestas "maniobras de pinzas", "atentados" e intentos "desestabilizadores".
Reclamó al mundo que le deje pagar la deuda pero según sus propias reglas, y acusó a ese mismo mundo de querer "tirar abajo" la restructuración de la deuda "para que volvamos a deber miles de millones de dólares". Llamó "basura" a lo que publican los diarios. "Senil" al juez Griesa. "Idiotas", a los productores agropecuarios. "Provocador y cínico" al encargado de la embajada yanqui, al que concedió la gracia de permitirle permanecer en el país. Se vio a una mujer al borde de un ataque de nervios.
El momento más bizarro fue cuando se refirió a que el terrorista Estado Islámico (los fundamentalistas árabes que decapitan periodistas en Medio Oriente) no son quienes quieren matarla sino que "si le pasa algo, miren hacia el Norte, no hacia Oriente. Digan lo que digan, si me pasa algo, no viene de Oriente", reiteró, desencajada. Sugirió así, que los yanquis podrían estar planeando que le pase algo.
Eso no fue todo. Cristina no se puso colorada al negar que haya problemas en la economía, solo que los atribuyó a "tres o cuatro vivos quieren lucrar con todos los argentinos". Y luego remarcó: "hay sectores que pretenden voltear al gobierno y hacerlo con ayuda extranjera". ¿Qué pruebas mostró ante esta irresponsable afirmación? Ninguna.
Solamente menciones abstractas, metiendo a todos los acusados en una misma bolsa. En un furibundo discurso, imitando a Nicolás Maduro de Venezuela, embistió contra todas y todos: los operadores del mercado cambiario, los agentes de Bolsa, bancos y casas de cambio, pidió que la Comisión Nacional de Valores investiguen al Mariva, criticó también al Macro, Patagonia y otros bancos.
Cristina dijo que los entes reguladores deben investigar el dólar contado con liqui y reiteró las amenazas de otros funcionarios contra la difusión de datos del mercado libre. La situación, obviamente es espesa porque es una Presidenta desesperada, que no tiene dólares suficientes, se encuentra aislada y no sabe hacia dónde salir.
Cristina es la comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, tiene a su disposición todas las fuerzas de seguridad de alcance federal y los servicios de inteligencia. Por eso no puede ni debe realizar denuncias al boleo, con total ligereza, con el sólo objetivo de ponerse en lugar de víctima, con la fantasía de una multiconspiración.
Las reales victimas de toda esta situación son los millones de argentinos que están sufriendo las consecuencias de las políticas económicas erradas de CFK y Kicillof, con una inflación desenfrenada del 40% anual que pulveriza salarios; el déficit fiscal del 4% del PBI; la desastrosa política energética; el derrumbe del consumo; la caída inocultable del empleo y la pobreza emergente. Y con una recesión que está destruyendo la producción y el trabajo genuino.
Echarle la culpa de todos los males a la oposición, a los medios, a los "arbolitos", a los fondos buitre y al gobierno yanqui, solamente es una estrategia de Cristina para seguir sin instrumentar algún tipo de salida para la crisis económica y social. Es la mejor forma de mantener el status quo. Pero, el pueblo hace rato que no come vidrio. Y ya dictaminó que, a partir de diciembre de 2015, comenzará a escribirse otra historia.
La Opinión Popular
Cristina ya armó el monstruo que la acompañará hasta 2015
A los ponchazos, echando mano a recortes de diario, informaciones parciales de la SIDE y de sus propios funcionarios, publicaciones en la web y una tendencia tal vez atávica a imaginar conspiraciones planetarias, la Presidenta construyó anoche el collage que pretende mantener como decorado de sus últimos meses de mandato.
No tiene a mano un Spruille Braden como el que -con sus torpezas- tantas contribuciones prestó a la campaña de Juan Perón en 1946. Por eso, a la manera de Víctor Frankenstein, Cristina Kirchner se las arregló para moldear -además del escenario- un monstruo enorme y sin nombre que sirva como fabuloso enemigo en las batallas que faltan.
La Presidenta consiguió meter en un mismo discurso a banqueros, empresarios agrícolas, sus propios servicios de inteligencia y el Banco Central, los medios, un juez neoyorquino, los fondos buitre, el gobierno estadounidense y dirigentes de la oposición.
Todos ellos formarán parte del Resto del Mundo con el que combatirá el kirchnerismo, según la construcción que más confort brinda a la Presidenta.
Los dirigentes del oficialismo que acostumbran a mostrar, al menos con gotero, sus diferencias con algunas de las decisiones de la Casa Rosada, deberán saber que desde ahora no habrá lugar para grises en el paisaje que pintó Cristina Kirchner.
Una cosa es mostrar mayor o menor entusiasmo cuando toca hablar de algún proyecto legislativo y otra muy distinta será la posición que tendrán que tomar frente a las dos denuncias que enhebró ayer la Presidenta: un complot para destituirla y otro -o acaso parte del mismo, no fue demasiado explícita en ese punto-, para que "le pase algo".
Anoche, ya no en Roma ni en Nueva York sino en Buenos Aires, la Presidenta le dio un giro adicional a su denuncia sobre un atentado. Aparentemente, ya no son los terroristas islámicos del ISIS, como le confesó al Papa y a la ONU, sino los Estados Unidos, los que pretenden que a Cristina "le pase algo".
No importa si el discurso de la Presidenta está edificado sobre bases sólidas o si las conexiones que presentó existen fuera de su imaginación. En rigor, nada indica que esas premisas puedan considerarse correctas.
Pero Cristina ya se amparó en la muletilla "no es casual" para unir circunstancias que para cualquier otro observador sí eran completamente casuales. En este caso, entonces, lo que importa es que lo dijo la Presidenta.
Su discurso fue relevante no sólo por la gravedad de sus denuncias, sino también porque permiten descubrir los materiales con que armó la criatura que designó como su último contrincante. Los mencionados ayer ya saben de qué lado quedaron en la consideración presidencial. Aún falta saber -y acaso sea ese uno de los tests que propuso Cristina- quiénes la acompañarán en sus propias filas.
Por Ignacio Miri
Fuentes: Clarín, Hoy en la Noticia y LOP