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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Nacionales - 22-08-2014 / 09:08
FIN DEL VOLUNTARISMO MÁGICO

La crisis se agudiza y el gobierno de CFK no encuentra respuestas

La crisis se agudiza y el gobierno de CFK no encuentra respuestas
Presidenta Cristina Fernández, ministro Kicillof y presidente de BCRA Frábega, afrontan la ola verde. Ayer, los mercados le propinaron un duro golpe al gobierno de CFK, demostrando que el plan K de querer esquivar el default, pagando a los bonistas en la Argentina en lugar de Nueva York, está destinado al fracaso. Una muestra: el dólar blue batió todos los récords, cerrando cerca de los 14 pesos, y se aceleró la devaluación del peso en el mercado oficial, porque el Gobierno le soltó la mano.
  Ayer, los mercados le propinaron un duro golpe al gobierno de Cristina, demostrando que el plan K de querer esquivar el default, pagando a los bonistas en la Argentina en lugar de Nueva York, está destinado al fracaso. El dólar blue batió todos los récords, cerrando cerca de los 14 pesos, y se aceleró la devaluación del peso en el mercado oficial, porque el Gobierno le soltó la mano.
 
Seguramente, muchos argentinos, que nunca vieron un dólar, no comprenden en que puede influir, en su bolsillo, que se dispare el precio de la divisa. Pero, la cotización informal determina muchas variables de la economía. Precios de insumos básicos importados se rigen por el blue. Y, cuanto más cotiza la divisa, impacta de lleno en precios de productos y servicios básicos. También  influye en los valores de los inmuebles, de los alquileres y de los materiales de la construcción, agudizando así la recesión que se registra.
 
A su vez, la brecha entre el dólar paralelo y la cotización oficial genera presiones para que, más temprano que tarde, el gobierno de CFK defina una nueva devaluación que profundizará aún más la escalada de los precios de todos los bienes y servicios dolarizados. Los K, lejos de reconocer que existe un problema, deciden encerrarse en su fantasioso relato donde le echan la culpa de todos los males a una suerte de confabulación internacional.
 
La realidad es que los padecimientos arrancaron mucho antes de que la Justicia yanqui dispusiera pagar el 100% de la deuda que están en poder de los buitres, poniendo a la Argentina en default. La inflación que supera el 40% anual, la destrucción masiva de puestos de trabajo, la crisis de las economías regionales y el marcado deterioro social, son una clara consecuencia de las políticas económicas que desplegó el cristinismo
 
Los tiempos apremian ya que, en momentos de crisis, es indispensable que las especulaciones electoralistas queden en un segundo plano, y se diga con todas las letras qué es lo que piensan hacer, todos aquellos que aspiran a acceder al poder, para combatir los principales problemas económicos del país.
 
La economía nacional estaba en un acelerado tobogán cuando estalló la crisis con los holdouts y la Argentina se precipitó al default. Recesión, alta inflación, caída del salario, aumento del desempleo y el consumo en retroceso son parte de un círculo vicioso que será difícil revertir. Cristina se marcha dejando "tierra arrasada". El problema es que la bomba de tiempo le puede explotar antes que ella se vaya, en sus propias manos.
 
La Opinión Popular

 
La economía de la adversidad: los nuevos vientos del fin de la era K
 
El 30 de julio fue el día bisagra en la economía local. Hasta ese día los indicadores reflejaban una tendencia recesiva, tensión en el mercado laboral y presión sobre el mercado financiero. Pero a partir de la entrada en default todo se agravó. ¿Es automático el efecto del conflicto con los fondos buitre sobre la economía real? No, pero sí lo fue sobre las perspectivas, porque la falta de resolución del conflicto de la deuda en Nueva York dejó en claro que no habrá acceso al crédito por lo menos hasta el año que viene.
 
Sin financiamiento, la inversión será menor, y por eso la creación de empleo bajará y, sin más trabajo, el consumo seguirá enfriándose. Un círculo vicioso en pleno funcionamiento.
 
Si bien tanto el gobierno de Néstor Kirchner como el de Cristina Fernández enfrentaron escenarios y circunstancias adversas, desde que llegaron al poder en 2003 sólo hubo un año con recesión -2009, producto de la crisis financiera internacional- y lograron salir de eso a fuerza de políticas contracíclicas y estímulo de la demanda. Pero la receta no es fácil de repetir en la actualidad, y mucho menos lo es conseguir el mismo resultado.
 
"La reactivación de la economía con medidas del Estado es compleja, porque en la actualidad hay una caída del salario real y desempleo en alza que genera expectativas negativas en los consumidores. En ese contexto, no hay inyección de incentivos que haga repuntar la economía", asegura el economista Orlando Ferreres.
 
Para el titular de la consultora que lleva su nombre, el año empezó con una perspectiva de caída de la actividad del 1,5% y una inflación estimada del 30% anual. Pero con la crisis con los holdouts, las estimaciones fueron recalculadas y ahora prevén una baja de la actividad del 2,5% y un nivel de suba de precios del 40% anual.
 
Para Ferreres, el principal problema es el deterioro de los ingresos de los trabajadores que supone ese nivel de aumento de precios. "El salario real caerá entre 5 y 7 puntos porcentuales para diciembre, porque suben por debajo de la inflación". Todo esto redunda en menor poder adquisitivo y menor consumo, que fue el principal motor del crecimiento del modelo K de la economía.
 
 
Doble recesión
 
En el propio oficialismo admiten la dificultad del escenario. El economista de la Gran Makro, Agustín D'Attellis, apoya la decisión del Gobierno de enviar un proyecto de ley al Congreso para cambiar el agente de pago de la deuda reestructurada, pero resalta que si en enero no se resuelve el conflicto con los fondos buitre, la recesión podría extenderse al 2015.
 
"En el corto plazo, el conflicto con los buitres y la tensión recesiva y del mercado de trabajo van en paralelo, no se vinculan. Pero es cierto que si seguís dilatando el acuerdo con los holdouts y el país se queda sin posibilidades de refinanciar la deuda y sin acceder a crédito a tasas lógicas, entrado el año que viene esa situación va a generar problemas en la economía real", admite D'Attellis.
 
Para el referente del think tank oficialista, hay margen en el corto plazo para reactivar la economía utilizando fuentes de financiación interna, colocaciones en pesos dólar linked y realizando políticas de estímulo a la demanda como los aumentos a la jubilación y los planes de incentivo al empleo anunciados. "Tiene más lógica que implementar política de ajuste", dice, y agrega que es un proceso "aspirando a una solución con los buitres el año que viene".
 
El gerente de Desarrollo de Negocios de abeceb.com, Juan Pablo Ronderos, coincide con el riesgo que implica lo que él llama un "default prolongado". "El Banco Central se vería obligado a acelerar la tasa de depreciación del peso para evitar que la brecha con el dólar blue continúe ampliándose. Esto se traduciría en una mayor tasa de inflación, y también en tasas de interés más altas para recobrar el control de los mercados monetario y cambiario.
 
"Si bien un escenario como éste involucraría una mayor volatilidad y elevados niveles de incertidumbre, no supone un descontrol ni mucho menos. Aunque obviamente, la economía sufriría una contracción del orden del 3% en 2014, y del 0,5% el año próximo", considera Ronderos. Esto serían dos años continuados de recesión, algo que nunca se dio en la economía local desde el 2003.
 
Con un default que se extiende en el tiempo, "aquellos que estaban esperando tener más claro el panorama para los próximos meses para tomar sus decisiones de inversión, producción, empleo, etc., optarían por una postura más conservadora. Así, las inversiones se demorarían, muchas suspensiones laborales se convertirían en despidos, lo que generaría un escenario más complicado en términos de actividad para lo que queda del año", señala el especialista de abeceb.com.
 
Las provincias son otro de los grupos que más afectados se verá este año por el default y la recesión. Un informe realizado por Cippec, señala que por su nivel de endeudamiento, algunas provincias enfrentarán serias dificultades si necesitan refinanciar su deuda y extender el calendario de pagos.
 
A fines de 2002, la deuda provincial superaba el 20% del PIB de la Argentina. Actualmente, alcanza apenas el 7%. Y, mientras en 2001 más de la mitad de la deuda provincial estaba denominada en moneda extranjera, esa proporción cayó al 27% en 2008 (ver recuadro).
 
Según el cálculo de Walter Agosto, investigador principal de Cippec, el 51% de la deuda provincial está en manos del Estado nacional, porcentaje que asciende al 53% si se agregan los fondos fiduciarios.
 
Sin embargo, la situación es muy diferente de distrito a distrito. "Mientras el stock de deuda supera la mitad de los ingresos provinciales anuales en Buenos Aires (60%), Río Negro (58%) y Jujuy (56%), en otras provincias, como La Pampa (2%), Santiago del Estero (3%), Santa Fe (5%) y San Luis (6%), no supera el 10%", marca el informe.
 
 
El dilema de la estanflación
 
Lo que agrava el escenario negativo es la posibilidad de que esa recesión de dos años esté acompañada por alta inflación. La Gran Makro prevé para este año un aumento de precios del 25% anual y economistas como Orlando Ferreres y Jorge Todesca apuntan a que la suba de precios se acerque al 40% anual. D'Attellis admitió que el gran desafío que enfrenta la conducción económica para poder revertir el escenario de recesión en el corto plazo es "poner el foco en el traslado a precios, porque eso podría generar que todo el trabajo de estímulo de la economía se caiga".
 
El ex viceministro de Economía, Jorge Todesca, considera que "hay expansión monetaria y recesión que no producen el efecto de bajar la inflación por la expectativa de devaluación".
 
"En julio vimos que la tendencia de descenso de la inflación, que había ido recortando el crecimiento mes a mes desde enero, volvió a rebotar y estuvo por encima del nivel de junio. Lo único que nos queda para contener la inflación es la recesión, que es un recurso sangriento e insuficiente para hacerlo", concluye Todesca.
 
Así como en julio la venta de dólares ahorro fue récord, la negativa para que los monotributistas accedan a esa mercado también fue muy superior a lo esperado (sólo el 3% de los inscriptos en ese régimen que pidieron comprar dólares a la Adminsitración Federal de Ingresos Públicos consiguió su autorización para hacerlo). Pero además, el Banco Central se paró sobre los dólares de los importadores y sólo le permitió pagos al exterior a quienes podían mostrar una operación de ingreso de divisas similar al que pedían permiso para pagar al exterior.
 
"Las autorizaciones para importar y para girar divisas al exterior continuarían siendo a cuenta gotas, con el objetivo de evitar una mayor pérdida de reservas", considera Ronderos.
 
El sector que más sufrió en este contexto es el automotriz. La industria de las terminales asegura que adeuda importaciones ya realizadas por más de u$s 2.000 millones por las trabas que le impone el Central para poder girar fondos al exterior.
 
 
Tarjeta amarilla al empleo
 
El canal más cruel de transmisión de la crisis financiera a la economía real es el empleo.
 
La desocupación subió 0,5 puntos porcentuales en el segundo trimestre del año y, de prolongarse la recesión y la falta de acceso al crédito para financiar grandes proyectos de inversión, la pérdida de puestos de trabajo podría agravarse.
 
Orlando Ferreres prevé "que habrá entre 150.000 y 200.000 personas más desempleadas a fin de año. Tanto provenientes de la industria como de los servicios, porque cae tanto el consumo en restaurantes como en las autopartistas. Todo lo que es prescindible se ajusta", dice.
 
La Coordinadora de Actividades Mercantiles (CAME) prevé para todo el año una caída en la venta minorista de entre el 6 y 7% en volumen. En tanto, la industria registraría una caída de alrededor del 4% en promedio, con un foco mayor en la industria automotriz que prevé una caída de producción del 25%. Todas razones para pensar que el trabajo está en peligro en un modelo que creció apuntalado por el aumento de la ocupación y del consumo, y que atraviesa una crisis que aún no sabemos cuán prolongada y profunda puede llegar a ser.
 
Por Cecilia Boufflet
 
Fuentes: El Cronista; Diario Hoy y LOP
 

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27-03-2024 / 10:03
El ministro de Defensa, Luis Petri, cerró un acuerdo con su par  de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, por la compra de 24 aeronaves F-16 para la Fuerza Aérea. Poulsen firmó y posó para la foto con Petri en el Edificio Libertador, pero detrás de cámara estaban también presentes el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley.
 
Con la firma del acuerdo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei reafirma su alineamiento cipayo total con Estados Unidos, al concluir una reequipamiento que había quedado abierto desde la gestión de Alberto Fernández y que tenía como alternativa la compra de aviones de última generación  J-17 a China.
 
El ministro Petri no dejó dudas sobre el movimiento geopolítico al compartir en sus redes primero la comunicación oficial del Ministerio y luego una nota de Infobae con el título: "Con el apoyo de Estados Unidos, Argentina firmó una carta de intención con Dinamarca para comprar 24 aviones de combate F16".
 
El acuerdo se cerrará cuando Petri viaje a Copenhague a mediados de abril, donde se sellará el contrato para la adquisición de los 24 aviones F16, que el país aliado de la OTAN ya tiene en desuso para sus operaciones militares. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento.
 
El reequipamiento de las naves quedará a cargo de Estados Unidos por un contrato de 40 millones de dólares, que será una donación de la administración Biden, según informaron desde Casa Rosada. Los aviones valen 300 millones y el armamento y la parte electrónica otros 300 millones, aunque Estados Unidos regala más o menos un 15 por ciento.
 
El acuerdo terminó de sellarse con la reciente visita del actual director de la CIA, William Burns, quien aterrizó en Buenos Aires la semana pasada para visitar la Casa Rosada y reunirse con el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori; y el propio jefe de Gabinete. "Tenemos un problema a corto plazo, Rusia; pero un problema mayor, a largo plazo, China", dijo Burns en la reunión de la semana pasada.
 
Antes de ese reciente encuentro, el presidente Milei recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Rosada y poco después logró un breve encuentro con el candidato republicano y ex presidente Donald Trump.
 
La alineación sistémica de la Casa Rosada con Estados Unidos queda marcada con este acuerdo que cierra las puertas a la propuesta hecha por China para la adquisición de 34 aviones de guerra F17, mucho más modernos y más baratos. De esta manera, las Fuerzas Aéreas adquirirán los aviones F-16 dinamarqueses que están camino al desuso, al punto de que Bélgica se negó a venderle los F-16 a su aliado, Ucrania, porque no los consideró aptos.
 
La Opinión Popular
 

26-03-2024 / 08:03
En medio de confusiones, que obligaron a sacar un decreto correctivo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo estableció la nueva fórmula de movilidad de las jubilaciones por decreto sin pasar por el Congreso. Se actualizarán por la inflación de dos meses atrás, pero en el empalme quedará fijada la pérdida que provocó la mega devaluación de Milei, entre 25 y 30%, y seguirá congelada en ese piso histórico hacia el futuro. Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los magros ingresos de los jubilados.
 
Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional y reducir el déficit fiscal, pero ahora busca dejar asentado que los jubilados serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo DNU cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que, en la actualidad, la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.
 
La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por un nuevo DNU. La "urgencia" del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.
 
En medio de la polémica que se generó por el nuevo DNU, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó al Gobierno de Milei, y a la medida. Según dijo el dirigente peronista, "es impresionante, la decisión de Milei es que el ajuste no recaiga en la casta sino en los jubilados" y agregó: "Es un atraco a los jubilados... Es consolidar una baja que ya se produjo, y ahora ir ajustándola en base a los precios cuando ya el guadañazo se lo dieron al bolsillo de ellos".
 
La propuesta es que las jubilaciones aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. Si bien a priori parecería superadora, el empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de, por lo menos, 25 por ciento. La verdadera trampa se encuentra en el empalme es decir en los meses de transición entre una fórmula a otra. Desde abril, el gobierno decidió comenzar a dar aumentos por IPC "a cuenta" del resultado de la próxima fórmula de movilidad vigente en junio.
 
Con la nueva fórmula jubilatoria, Milei sumó resistencias en la oposición dialoguista. Varios legisladores de ese sector se expresaron contra la nueva fórmula de movilidad, que se suponía que discutirían en el Congreso. El Ejecutivo suma contratiempos en la negociación por la nueva ley Bases que el ministro Guillermo Francos buscará recomponer en un encuentro con mandatarios del Norte Grande.
 
La Opinión Popular
 

25-03-2024 / 07:03
Con una movilización histórica, organismos de DDHH reivindicaron la cifra de 30.000 desaparecidos. La marcha del 24M, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, al cumplirse 48 años del último golpe cívico militar genocida, se convirtió en la tercera gran manifestación callejera contra el gobierno neoliberal anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. El Presidente fue principal blanco de críticas de los organismos de Derechos Humanos, el peronismo, movimientos sociales y la CGT.
 
Como en la huelga general del 24 de enero, y la movilización del 8M, numerosas columnas de organizaciones y miles de personas auto convocadas se volcaron a las calles para repudiar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y reafirmar la consigna del Nunca Más. También ratificaron la cifra de 30 mil personas desaparecidas, número que el gobierno libertario puso en duda. En el documento final de la marcha, que leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, los organismos de derechos humanos reclamaron una ley contra el negacionismo de los crímenes de la dictadura.
 
Junto a esas consignas vinculadas a derechos humanos, la marcha estuvo atravesada por consignas contra las políticas del gobierno libertario y su siniestro plan de ajuste neoliberal. El 24M fue el tercer gran hito callejero contra el gobierno de ultraderecha. "Milei, basura, vos sos la dictadura", "El que no salta votó a Milei", "No se vende, la patria no se vende" y "Fueron 30 mil de verdad", concurrieron los canticos y las consignas que más se repitieron en la Plaza, donde además se colgaron banderas contra Victoria Villarruel, por su cercanía con los represores condenados por lesa humanidad.
 
El peronismo mostró un gran despliegue de movilización. Por Diagonal Sur, los gremios de la CGT y el Movimiento Evita coparon varias cuadras junto a la UTEP y apenas pudieron ingresar a la Plaza. Por Diagonal Norte, y después de caminar 13 kilómetros desde la ex ESMA, La Cámpora llegó pasado el mediodía en una columna encabezada por Máximo Kirchner. En tanto, el gobernador Axel Kicillof llegó junto a su gabinete y los intendentes del conurbano.
 
Fue una gran convocatoria que los medios hegemónicos tratarán de ignorar, y que respondió a la provocación del gobierno, que unió a la CGT, al peronismo, los movimientos sociales, agrupaciones estudiantiles y al movimiento de derechos humanos. La idea de derechos humanos encaja con la idea de justicia social, de país solidario, de trabajo y retribuciones justas, de protección a los niños, a los enfermos y a los ancianos, de hazañas científicas y culturales.
 
No encaja con la justificación de la dictadura, con el intento de que los jubilados crean que ganan poco por culpa de los de la moratoria y que los trabajadores se enfurezcan con los desocupados porque reciben un aporte sin trabajar. No encaja con el país donde los únicos que ganan son los ricos, como procuran las políticas de Milei. Los ricos son "héroes" para Milei y los beneficiarios de sus políticas.
 
Los cientos de miles que desbordaron la Plaza de Mayo, las diagonales y la Avenida de Mayo están enlazados, hermanados, con los miles que se movilizaron en otras ciudades del país, y con los miles y miles que desde sus casas confluyen en la angustia de la pobreza, la amenaza del desempleo y el hambre o la destrucción de comercios y empresas. Hay vías comunicantes por las que fluye una energía que alimenta resistencias, rebeldías y esperanzas.
 
La Opinión Popular


24-03-2024 / 08:03
Ya en marzo de 1977, al cumplirse un año de la última dictadura militar, estaba claro que el verdadero objetivo de los perpetradores, instigadores y sponsors del golpe de Estado era económico. Por trillado que resulte es esclarecedor volver a la Carta Abierta de Rodolfo Walsh, que por entonces indicaba que "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".
 
Las cifras que exhibía Walsh resuenan hoy con una actualidad preocupante: "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar", escribió en la carta que fue su testamento público. Los paralelismos con el proceso de concentración de riqueza que comenzó con la llegada al poder de Javier Milei son llamativos.
 
Sin embargo, lo más gravoso de la última dictadura no fue ese ajuste en sí sino el hecho de que dejó sentadas las condiciones para que eso nunca pudiera revertirse. De hecho, en ningún momento de los cuarenta años de democracia ininterrumpida el país estuvo ni siquiera cerca de recuperar las condiciones económicas y sociales que existían en la Argentina hasta marzo del 76. Hubo algo, en la matriz productiva pero también en el conjunto de ideales y valores de la sociedad, que se rompió y nunca pudo repararse.
 
El golpe del 24 de marzo irrumpió en un país en el que, dos décadas después de haber intentado suprimir al peronismo de la vida pública e incluso habiendo atravesado, unos meses antes, la experiencia hiperinflacionaria del Rodrigazo, todavía la pobreza alcanzaba a apenas al 4,4 por ciento de sus habitantes. En octubre de 1983, al recuperarse la democracia, esa cifra se había multiplicado por ocho: el 37,4 por ciento de los argentinos era pobre. Ocho veces más. Esa debacle jamás se pudo revertir.
 
Dicho de otra forma: al comenzar la dictadura, apenas cuatro de cada cien argentinos no alcanzaba a satisfacer sus necesidades básicas, pero cuando terminó, casi cuatro de cada diez habían caído por debajo de esa vara, y la profundidad del cambio fue tal que el país nunca pudo desandar ese camino. El riesgo más acuciante en estos días es que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel complete esa tarea y eleve la pobreza estructural al punto en el que seis, siete u ocho de cada diez argentinos sea pobre para siempre.
 
Entre 1945 y 1976 existía una sociedad en el que la enorme mayoría era parte de una gran clase media: albañiles, docentes, policías, médicos, torneros, porteros, artistas, carpinteros, periodistas, abogados y científicos, empleados o cuentapropistas, comerciantes y profesionales, todos se ubicaban en algún lugar de un amplio arco que iba desde las humildes barriadas obreras suburbanas hasta los barrios céntricos en las ciudades. Con diversas realidades que coexistían, la Argentina era un país de clase media.
 
Después de la dictadura se convirtió en un país con clase media. Pero la pobreza estructural que en el 83 alcanzaba a 4 de cada 10 argentinos nunca pudo desarmarse. Tuvo momentos en los que cedió. Al final de los doce años de gobierno kirchnerista había retrocedido hasta ubicarse en torno al 25 por ciento. Y otros donde creció, en episodios de crisis, hasta llegar al 60 por ciento. Pero un cuarto, o un tercio o más de la población quedaron condenados a apenas subsistir, sin ninguna perspectiva de movilidad social ascendente.
 

23-03-2024 / 08:03
A pocos días de lo que se espera será el mayor acto de masas para repudiar al golpe del 24 de marzo de 1976, una hija de desaparecidos fue atacada en su domicilio, la editorial Marea, que publica libros sobre derechos humanos sufrió la embestida brutal de 800 mensajes de odio y Estela de Carlotto denunció que su teléfono estaba intervenido.
 
La defensora de la dictadura, Victoria Villarruel, apareció en una entrevista y el gobierno prepara un video con la tesis de los amigos de los genocidas: "Hubo una guerra donde se produjeron excesos".
 
Durante la semana que pasó circuló la versión de tanteos del gobierno en el ámbito judicial para indultar a los genocidas. Pero antes de que la versión se extendiera, la Cámara de Casación advirtió que, por ley, los delitos de lesa humanidad no se pueden indultar.
 
Aunque no haya indulto, la intención oficial quedó en evidencia. Fue también la confirmación de que este gobierno, además de coincidir con la dictadura en su propuesta económica neoliberal, también comparte el sesgo autoritario del golpismo, al justificarlo y querer perdonarlo.
 
El negacionismo y la idea de la "justicia tuerta" surgieron de la imposibilidad de negar las aberraciones cometidas por los represores durante la dictadura cívico-militar que comenzó el 24 de marzo de 1976.
 
A esta altura son inocultables e indefendibles los secuestros, la tortura, la violación a mujeres indefensas, el botín de guerra que se sacaba a los prisioneros, la apropiación de sus hijos y el lanzamiento de personas vivas desde aviones, como parte de un plan sistemático. No pueden decir que eso no existió. Entonces discuten la cantidad, si nueve mil o 30 mil, cuando en realidad, el horror y la responsabilidad por esos crímenes no varían por su cantidad.
 
Un militar que se rebajó a torturar o a violar a una prisionera en la mesa de tortura tendría que ser una vergüenza para sus camaradas. El secuestro y el asesinato sin juicio no pueden ser aceptados por la sociedad. La apropiación de los hijos de los prisioneros que después serían desaparecidos constituyó un acto repugnante, que debería ser repudiado por los militares que no lo hicieron.
 
Y si querían juzgar a sus enemigos, deberían haberlo hecho en vez de asesinarlos y desaparecerlos sin darles el derecho a un juicio justo. Porque, a diferencia de lo que hicieron los genocidas, sus enemigos eran civiles que no actuaban usurpando el Estado y, por lo tanto, cualquier cosa que quieran juzgar ahora ya está prescripta para la ley.
 
Los que no prescriben son los delitos cometidos desde el poder político, ya sea una dictadura o un gobierno surgido de elecciones. Está planteado así porque es claro que --mientras no cambie-- el poder protegerá a los delincuentes y por lo tanto no hay plazos de prescripción.
 

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