Nacionales - 21-08-2014 / 08:08
TRAS LOS ANUNCIOS DE CFK SE ACENTÚA LA CRISIS
Zig-zag K: Que si vengo, que si voy, Cristina deambula entre amenazas a empresarios y el intento de poner paños fríos
El chiquitín Axel Kicillof, ministro de Economía, junto a la Presidenta Cristina Kirchner. Ayer, en la Bolsa de Comercio, la Presidenta defendió el proyecto para reabrir el canje. Intentó calmar a los mercados, que habían recibido mal el anuncio. Pidió que las empresas atraigan inversiones. ¿Se diluye la "sovietización" de la economía? ¿Intentan poner paños fríos? ¿Es una toma de conciencia sobre un rechazo generalizado de esta iniciativa? ¿O, solo se trata de una mera estrategia negociadora?
La crisis de la deuda ya lleva 65 días y en ese lapso el gobierno, conducido por Cristina Fernández, ha dado sobradas muestras de su incapacidad para tomar decisiones que tiendan a resolver el conflicto y moderar la preocupante situación económica que vive el país.
En los últimos días, una vez más, la Presidenta y su equipo de jóvenes e inexpertos funcionarios han dejado en claro que las decisiones llegan por espasmos y como parte de una serie de improvisadas políticas, diseñadas a medida que la crisis financiera se agrava.
Los anuncios presidenciales arrojan más leña al fuego. La crisis económica se agudiza y los especialistas advierten que podría empeorar. Inflación, desempleo, default y un dólar por las nubes conforman una bomba a punto de estallar.
Durante cinco días el país debatió los alcances de la Ley Antiterrorista, y todas las empresas en crisis temieron ser blanco de esta acusación. Ahora, el Gobierno de CFK "pinchó" el tema. Y también surgen declaraciones contradictoriamente "tranquilizadoras" sobre las consecuencias de la Ley de Abastecimiento.
La propia Cristina aclaró que los aspectos cuestionables del proyecto podrían ser revisados. Y recordó que no pretendía imponer "un bando presidencial" sino someter una iniciativa al debate legislativo. ¿Se diluye la "sovietización" de la economía? ¿Intentan poner paños fríos? ¿Es una toma de conciencia sobre un rechazo generalizado de esta iniciativa? ¿O, solo se trata de una mera estrategia negociadora?
Los anuncios realizados por CFK y las recientes declaraciones del propio ministro de Economía, Axel Kicillof, dejaron muchas más dudas que certezas e incentivaron la incertidumbre. Al tiempo que la actividad económica se retrae y la inflación crece, los ahorristas depositan sus esperanzas en el dólar, que avanza sin control y continúa rompiendo récords.
Tenemos una economía en recesión y una inflación creciente, lo cual es la peor de las combinaciones posibles, y es lo que en economía se denomina estanflación. Además, por ahora no hay nada que indique que eso vaya a cambiar, sino todo lo contrario, esta situación se va a agudizar.
Las medidas impulsadas por los K no hacen más que acentuar estos problemas y mantienen al país alejado de los mercados internacionales y del financiamiento externo, tan necesarios para reactivar la deteriorada economía nacional.
Todo forma parte de un destructivo círculo vicioso en el que los más perjudicados son, siempre, los trabajadores y los más humildes. En lo que va del año se perdieron 190 mil puestos de trabajo y para finales de 2014 la inflación será del 40%. Mientras tanto, millones de argentinos luchan por hacer rendir un salario que no alcanza.
Las falacias de la mal llamada "década ganada K" salen a la luz. Tras años de pésimas políticas, serios problemas económicos comienzan a golpear con una fuerza implacable a la Argentina. Hoy, cuando lo que hace falta es mesura, previsión y confianza, el Gobierno de CFK volvió a tomar medidas destinadas al fracaso.
La Opinión Popular
LA PELEA POR LA DEUDA
Tras el anuncio por la deuda: Cristina buscó bajar el tono al conflicto con los empresarios
A casi veinticuatro horas de haber anunciado la intención de reabrir el canje y pagarle a los bonistas en el país, la presidenta Cristina Kirchner habló anoche en el aniversario de la Bolsa de Comercio, con un discurso en el que sin dejar de ratificar sus decisiones, buscó bajarle el tono a la confrontación con los empresarios. Así buscó transmitir calma a los mercados en una jornada en que el dólar blue se disparó 35 centavos y llegó a $ 13,55, y sectores de la oposición anticiparon que no acompañarán el proyecto oficial para el canje doméstico de la deuda.
La Presidenta llegó hacia las siete de la tarde a la sede de la Bolsa, donde la esperaban, además de su titular, Adelmo Gabbi, representantes empresarios que fueron duramente críticos del proyecto oficial de Ley de Abastecimiento. Desde el atril, la Presidenta les reiteró que el debate en el Congreso estaba abierto a modificaciones: que "nos digan cuáles son los artículos, cuáles son las normas, para poder cambiarlas", sostuvo.
Pero defendió el proyecto oficial: "No asustemos a la gente con que leyes de usuarios y consumidores van a perjuidicar a las empresas". Miró hacia los empresarios que estaban en primera fila y con una sonrisa les aseguró que no estaba "enojada para nada" por sus cuestionamientos. Allí estaban -algunos también sonrientes ante la alusión- el titular de Fiat, Cristiano Ratazzi, el de la UIA, Héctor Méndez, y el de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss.
La presencia de la Presidenta en el 160° festejo de la Bolsa se anticipaba mucho más movido porque Gabbi, su titular, se despachó con críticas que Cristina Kichner suele no tolerar, y no está acostumbrada a oír. Aunque sigue siendo cercano al kirchnerismo, Gabbi habló de la inflación y reclamó que "es un buen momento para que tengamos la realidad de los balances (de las empresas)". La Presidenta y su ministro Axel Kicillof, en el estrado, ensayaron sonrisas de circunstancias.
Gabbi también se permitió dudar de "hasta qué punto estamos comprometiendo el financiamiento presente y futuro de la Nación" con el proyecto de pago local de la deuda; y reclamó "recuperar condiciones para que el país sea destino elegible de inversiones". Tras recordar su "amistad" con Néstor Kirchner, asestó: "Que la Argentina ofrezca reglas claras, tangibles, ciertas" para invertir. Todo esto, pese a que miembros de la Bolsa confiaron que el discurso de Gabbi debió ser previamente enviado para ser revisado en la Casa Rosada.
Luego fue el turno de la Presidenta, que aprovechó lo de Gabbi para el contrapunto. Cristina le retrucó al titular de la Bolsa que "generar confianza de los ahorristas en sus empresas es responsabilidad de los empresarios" y dijo además que eso ayudará a "que el inversor no se vaya a la moneda extranjera", en una alusión tácita a la trepada del dólar paralelo. Cristina dijo eso en un tono suave, si bien firme en sus posiciones habituales.
Volteada por el fallo en firme del juez Thomas Griesa la intención del Gobierno de volver a financiarse en los mercados internacionales, Cristina volvió ayer a la fórmula del 'vivir con lo nuestro'. "Estamos ante una oportunidad histórica de generar un mercado de capitales propio en la Argentina", derrochó optimismo. "Eso nos permitiría estar afuera de los vaivenes" exteriores para generar inversiones, justificó.
También ratificó la marcha atrás con su anuncio de aplicarle la Ley Antiterrorista a la imprenta estadounidense Donnelley. Evitó referirse a su encendido discurso del jueves pasado, en el que trazó la idea de una conspiración -fondos buitres incluidos- en el cierre de la empresa y adelantó específicamente que el Gobierno aplicaría "por primera vez" la Ley Antiterrorista en el caso de la imprenta.
Ayer aseguró que "no tienen nada que ver" las leyes llamadas antiterroristas con el conflicto de Donnelley, y las defendió: "Nos va a permitir como miembros integrantes del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), salir de la lista de observaciones", y criticó a la oposición que quiere derogarlas con lo que, aseguró, "impactaría de lleno en el mercado de capitales y en toda la economía".
Casi una hora duró el discurso, que estuvo acompañado de láminas con datos macroeconómicos favorables, y el escenario de cómo estarían las cosas si hubiera autoabastecimiento energético (perdido en la década kirchnerista) y no la enorme cuenta de importaciones de energía. Omitiendo el rol que tuvo Néstor Kirchner en los '90 en la privatización de YPF (el actual secretario de la Presidencia Oscar Parrilli fue el diputado "informante" encargado de defender la privatización), la Presidenta aseguró que "YPF nunca debió dejar de ser una empresa nacional".
Por Guido Braslavsky
Fuentes: Clarin, Hoy en la Noticia y LOP